lunes, 26 de noviembre de 2007

Francisco Vargas

Vargas: el cineasta peregrino que viaja en El violín

El año pasado, en la cuarta edición del festival Cero Latitud una película mexicana en blanco y negro, pausada, con un aire un poco antiguo y cuyo protagonista es un violinista manco y revolucionario se robó la atención del público y los jurados que le brindaron el premio de la crítica y una mención especial. Sin embargo, Quito no era la primera parada de esta película llamada El violín. Don Plutarco y su historia de sufrimiento, valentía, música y violencia había hecho ya un importante recorrido por los festivales del mundo, que había empezado nada menos que en Cannes y continúa hasta hoy por Asia, Europa, América, etc. El violín, de Francisco Vargas es una película que tiene a su haber más de 40 premios y que casi un año después de su estreno en el exterior llegó a México sin posibilidades de ser distribuida para convertirse en un fenómeno absoluto. Le hizo frente en la cartelera a Spider-Man 3 y se mantuvo, encabezó el top 10 de la piratería y durante 14 semanas fue la películas más vista en México.
Ahora, Francisco Vargas, un hombre discreto, que oculta en su sobretodo y su gorra que se ha convertido en un viajero que recorrió el mundo sobre El violín, vino a dar a Quito. El Cero Latitud pudo contar este año con su presencia y su película luego de tanto hablar de ella durante un año.
En varias jornadas de conversación con Vargas se puede descubrir al hombre detrás de la mirada rebelde de sus personajes. Para Vargas el cine “Tiene que ver con una convicción personal, es una responsabilidad social. Yo no podría salir a la calle y después de saber que en México hay 60 millones de pobres, no hacer una película y no hablar en ella de las cosas que me apasionan, me llenan como la música, la tradición, lo saberes de los pueblo indígenas, pero por otro lado las cosas que me preocupan, que me duelen, lo que quiero cambiar y no puedo”, comenta.

El violín nace de su amor por la tradición oral, de su desazón ante la injusticia en cualquier época de la historia, por eso en su película quiso retratar un mundo atemporal de violencia, no necesariamente de buenos y malos. Un mundo en blanco y negro, documental, real y poblado de grises: “El blanco y negro tiene que ver con que este es un tema que nunca se había tocado en México y es un asunto que fácilmente se presta para las visiones maniqueísta, estructurales, muy simple, simplona. Es decir, enfrentar a los buenos y los malos: pobre indígenas oprimidos, ejército represor. Y la situación real es mucho más compleja que una historia de buenos y malos, lo es en la realidad y yo quería que en la ficción también lo fuera. El blanco y negro de una manera estética y simbólica, nos permitía hablar de blanco y negro como opuestos totales, pero que en medio hay una gama de grises que son los que hacen que se separen y se unan. Son los que permiten comprender la complejidad de todo ese espectro”, explica de modo conceptual y asegura que no disfruta demasiado de los conceptos.

Vargas prefiere la música y las historias, verdaderos cines de su vida. Las cientos de historias que le contaba su bisabuela, en un pueblo parecido al que se ve en El violín, donde el vivió sin saber de películas ni nada parecido, sino de tradiciones ancestrales, naturaleza y los buenos cuentos de su antepasados: “Yo vi una película de niño, unas partes, ni siquiera la vi completa por que había que estar parados, entonces mi papá me subía a mi un ratito y luego a mi hermana y ya está. Nosotros teníamos el cine en casa, mi bisabuela murió de 115 años y era una narradora excelente”.

Así conversó Vargas con el público quiteño, varias veces fue halagado por su película, recriminado por la violencia, cuestionado sobre la historia real de los personajes, los más jóvenes le preguntaron incluso si él creía que realmente se podía cambiar el mundo con cine: “Cambiarlo, cambiarlo, no creo, pero contribuir a hacerlo eso sin duda”. Y marchó El violín a los Estados Unidos, luego a Guatemala y a seguir con su música por el mundo entero.

Paulina Simon Torres

Pedro Adorno

Puerto Rico visita el Cero Latitud

Este año fue muy grato contar con la presencia de una película en representación de Puerto Rico, El clown y además como huésped a su director, Pedro Adorno. Él cuenta con una larga carrera profesional dedicada al teatro y se decidió a incursionar por primera vez en el cine con esta película junto a sus amigos, familia y al equipo de trabajo que lo ha acompañado durante los últimos 15 años. Adorno habló con Nuestros Rollos sobre los pormenores de su carrera, de El clown y el cine en su país.

¿Cuál es el origen de El clown?

Yo vengo del mundo del teatro y hace como 5 años que me involucre en esto del cine, a partir de unos talleres que dicté en las comunidades con Emilio Rodríguez, con quien codirigimos El clown. Eran talleres del teatro, al cine que se daban en los barrios auspiciados por la televisión pública que fue la que dio el dinero inicial para El clown. De ese proyecto con las comunidades organizadas identificamos las historias que ellos vivían y las ficcionalizamos. Y la imaginación no tiene presupuesto, ni límites de equipo técnico. Descubrimos que cuando escribimos un cuento no debemos pensar si se va a poder vender o no. Hay una necesidad de contar. Así que para este proyecto se juntó lo mejor del teatro y del cine.

¿Se hace cine continuamente en Puerto Rico?

No, ahora estuvo apagado por unos cuantos años. Tenemos unos creadores consistentes: Jacobo Morales, Marcos Zurinaga, que han mantenido los últimos 20 años proponiendo cada varios años una pieza. Pero una industria como tal no existe. Ahora por primera vez hay una iniciativa que se combinó entre la gestión de los artistas, la asociación de productores de cine puertorriqueño, los teatros que ahora estamos gravitando hacia el cine, igual que la gente de literatura y artes plásticas.
En 2004 se trabajó una Ley de cine que creó un fondo y esa iniciativa ha traído cambios.

¿Qué significa El clown para el cine de tu país?

De esta nueva camada de cine, El clown fue la primera película. Y fue una novedad porque se hizo en poco tiempo, porque se financió por la televisión pública, por el apoyo de la corporación de cine. Se hizo en digital, con menos de la tercera parte de los recursos que generalmente se necesitan para hacer cine en Puerto Rico y las cosa fluyen por la solidaridad de nuestro grupo y porque las historias que se cuentan, son nuestras historias, están inspiradas en nosotros mismos : el circo existía en Guayama, Tomate fue maestro de Israel, el actor principal. Israel era miembro de nuestro grupo de teatro y se fue para trabajar en publicidad tan como lo hace el personaje. El director de los comerciales de Hot Dog Clown en la película es uno de los directores comerciales mejor pagados en Puerto Rico y le pedimos de favor que en la película venga a reírse de él mismo En ese sentido, la historia es íntima, aunque sea metaforizada.

¿Qué significa para ti y tu equipo?

Estamos concientes de la sencillez de la película, pero en la vida de nosotros se ha convertido en un evento muy simbólico. El equipo se dedica a muchas cosas, algunos hacen publicidad, dirigen los videos de calle 13, mantenemos nuestros grupo de teatro, actuamos como extras en la película del Che, de Steven Soderbergh. Así con El clown todos nos unificamos y eso ha traído una onda expansiva, ha sido el inicio y tenemos nuevos proyectos.

Tata Amaral

Tata Amaral presente en Quito con Antonia

La quinta edición del Festival de Cine de Quito Cero Latitud inició el pasado 8 de noviembre con la presentación de la película brasileña Antonia. Fue un honor contar con la presencia de la directora, Tata Amaral quien estuvo presente durante la apertura del festival y también dictó una lección de cine, en Ocho y Medio, junto al guionista de su película, Roberto Moreira a la que convocaron a una gran cantidad de asistentes interesados en la obra de ambos. Amaral se entrevistó con Nuestros Rollos para comentar algunos detalles de Antonia.

¿Cómo nació tu película?

Me encanto la lucha de crear una nueva representación del negro pobre de la periferia. Su representación en el cine y en la literatura siempre los asoció con la marginalidad y la violencia y yo quería estar involucrada en crear una nueva representación. De ahí nació la idea de hacer Antonia y de que ella sea rapera.

¿Cómo elegiste a las mujeres?

Cuando se unió Roberto Moreira en el proyecto nació la idea de hacer que Antonia se un grupo no una mujer.Tuvimos muchas entrevistas 600 personas en el casting. Buscábamos mujeres que no sean actrices, sino cantantes con improvisación dramática. Ellas mismas escribían las letras de las canciones para la película. Son actrices naturales. Tuvimos muchos ensayos para que ellas estén cómodos. Los ensayos ayudaron que durante el rodaje no haya dificultades.

¿Tuvieron libertad en sus parlamentos?

Lo interesante es que no escribimos un solo diálogo, queríamos que todos los actores hablen con la naturalidad de las calles. Ellos trabajan con situaciones dramáticas y nosotros transcribíamos los diálogos que ellos mismo habían creado.

Ahora, Antonia es una serie de Tv en Brasil, ¿cómo continúa la historia de la película?
La serie empieza dos años después cuando termina la película, Bárbara sale de la cárcel y el grupo se reúne nuevamente.

Desde afuera vemos que el cine brasileño se hace con mucho apoyo de instituciones públicas y privadas, ¿cómo funciona?

Nosotros tenemos una tradición de cine brasileño desde los años cincuenta. El cinema Novo fue muy importante para producir una generación de realizadores y esto nunca paró. Los financiamientos vienen de concurso públicos, de un fondo donde las empresas privadas ponen dinero a través del mecanismo de renuncia fiscal. El dinero no se entrega directamente a un proyecto y eso hace que el proceso sea más democrático.

¿Qué destacas de las propuesta en el cine brasileño?

Algo por lo que los directores brasileños luchamos muchos es porque se preserven las características distintas para cada región y para cada cine. Tenemos películas de todo, las que imitan a las latinoamericanos, las más sociales, comedias, tragedias, tenemos una gran diversidad y luchamos por mantenerlo. Producimos hoy en día de 40 a 50 películas al año que se estrenan en cines.

Paulina Simon T.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Cero Latitud en imágenes

El director: Juan Martín Cueva (alias Jefe Supremo) durante la inauguración y publicitando Nuestros (mis) Rollos




Compañeros del comité de selección y (mi) editor del Ocho y Medio, Rafael Bariga junto a Víctor Arregui (el Jefe jefe)





¡Felicidad! Primera impresión de El Semillero, sábado de diluvio, con tiempos cortos, imprenta a punto de cerrar y solo un error ortográfico en toditoooos los artículos. Detrás el mr. Tato Carillo, gran jefe del cortometraje.




La preparación de El Semillero junto a Don Arman (el jefe)



Siempre trabajando...





La chica Rendón producción (odia que le digan así) con los SUPER invitados: Tata Amaral, Francisco Vargas y Pedro Adorno




Cris, Viki y (mi) Calisto

Fotos cortesía de Paula Parrini directo desde su Ciudad de Dios

domingo, 11 de noviembre de 2007

Días de cine del mundo para Quito

El ritmo de los festivales es una pasión que había vivido siempre desde afuera, como público, como una espectadora afanosa, organizada y neurótica de los horarios y los mapas hechos con resaltador sobre la programación oficial... día por día, hora por hora, hasta que de tanto ver por el cansancio en las últimas funciones ya solamente dormía plácidamente. Espectadora fiel a la sala, la neblina, el aire acondicionado y voto del público.

Luego como prensa dos años enteros la maratón cambió de sentido, no era ya tanto para ver las películas sino para atrapar a los directores e invitados especiales para entrevistarlos así tenga que interrumpirles la cena o la amena charla con el público.

Ahora estoy adentro. Por primera vez he dicho ¡Qué disfruten la proyección!
Ahora empiezo a entender esta rutina enloquecida de los festivales, la adrenalina, el orden y desorden compulsivo. Se necesitan decenas de personas para que todo salga bien y a veces aún así pasan cosas...

Sigo hacienco prensa, pero ahora también reparto hojas volantes, modero conversatorios, cargó los banners, vendó boletos... Actividades que todos nos repartimos sin dudar, sin pestañear y a toda velocidad.
Estoy enamorada -otra vez más- pero esta vez de mi amante favorito: el hobby alias trabajo que me mantiene despierta 20 horas al día, en pie y disfrutando casi con culpa.

Formalmente, estoy producienco contenidos. Tenemos un boletín oficial que se llama Nuestros Rollos (vamos 3 falta uno) y una pequeña publicación bautizada por la programadora, El Semillero, un informativo que circula en las salas cada dos días con todas las novedades

Aquí quiero compartir con ustedes algunas de reseñas que he publicado en los medios oficiales. Sobre todo las de la Selección Oficial, en competencia. 13 películas maravillosas, un lujo para todo público y más aún para los cinéfilos.

¡Disfrute la proyección!.... me encanta decirlo!!

La película inaugural

Antonia: cine y música que reconcilian a la sociedad
El festival de Quito Cero Latitud inaugura este año la fiesta del cine con la presentación especial de la película Antonia, cinta que cuenta con muchas cualidades
para abrir esta quinta edición.

Antonia encabeza la lista de la programación dedicada a Brasil como país invitado, se trata también de una obra musical, cuya presencia nos interesa también este año cuando ofrecemos Cine y Música como sección temática del certamen. La presentación de Antonia contará además con dos huéspedes de lujo: Tata Amaral, la joven directora y promesa del cine brasileño, quien llega a Quito acompañada del guionista de su película, Roberto Moreira, quien a su vez presentará la película de su autoría como director, Contra todos. Ambos estarán juntos en una Lección de cine, en Ocho y Medio, el sábado 10 de noviembre.

En cuanto a Antonia, no necesita presentarse en el contexto del éxito de sus autores, ni de su temática social, o de su banda sonora alegre y contagiosa. La película se defiende por sí sola con un cuarteto de mujeres de carne y hueso que cantan para vivir, y aunque quisieran poder vivir para cantar encuentran más de un obstáculo en sus complicadas rutinas, faenas laborales y obligaciones familiares para consagrar todo su tiempo a la banda Antonia.

La actuación y el carisma de las protagonistas de Antonia, Petra (Negra Li), Barbarah (Leila Moreno), Mayah (Quelynah), Lena (Cindy) es uno de los puntos más fuertes de la película. En torno a ellas y sus vidas personales se materializa el estilo de vida que llevan en São Paulo enfrentando el machismo de sus parejas, la violencia del vecindario y la imposibilidad de cantar sin verse involucradas en complicaciones mayores.

Cada historia personal es una amenaza a la desaparición de Antonia y a la rendición de sus integrantes: amigas que van y vienen del compañerismo, a la duda, de la ceguera, al miedo, de la necesidad, a la ambición hasta que su voz pueda escucharse.

La película fue ganadora del Premio Coral, al Mejor Sonido en el Festival de La Habana y recibió el Premio Especial del Jurado, en Sao Paulo. Es el tercer largometraje de una trilogía de películas dedicadas a la mujer: las anteriores fueron Un cielo de estrellas y A través da Janela. (PST)

Tata Amaral: la aventura de filmar

En una entrevista publicada por el Portal del Cine y Audiovisual Latinoamericano y Caribeño, la directora Tata Amaral comenta:

Sobre la mujer: “Quienes hacemos cine en Brasil provenimos mayoritariamente de la clase media intelectualizada, donde no se advierte mucha diferencia a la hora de valorar los roles femeninos y masculinos. Lo que sucede es que no hay muchas mujeres cineastas, aunque en las jóvenes generaciones la cifra es superior”.

Sobre la violencia: “Es cinematográfica, por ello me interesa desde el punto de vista formal. Por otro lado está presente en el mundo entero, en casi todas partes y en ocasiones termina destruyendo a la gente. Por su amplia presencia y repercusión trato de incluirla, es el mecanismo que me invento desde la realización para tratar de combatirla”.

Sobre el cine brasileño: “Tiene entre sus principales características la pluralidad y la diversidad, por lo que la calidad no es pareja, pero defiendo esto porque pienso que es muy importante arriesgarse, producir materiales que no te imaginas si quiera cómo van a salir”.

Sobre Antonia: “Es una película completamente independiente, hecha con muy pocos recursos, fue todo un reto y hasta ahora ha tenido bastante éxito. Disfruto mucho el riesgo y la aventura que implica filmar.”

La Selección Oficial

El rey de San Gregorio, de Alfonso Gazitúa (Chile)
Pedro Vargas tiene 30 años y está enamorado de Cati. La relación podría funcionar con total normalidad si no fuera porque sus familias se interponen ya que no comprenden que beneficio podría tener una relación romántica entre dos muchachos con discapacidad física y mental.

El rey de San Gregorio es una historia de amor, solidaridad y el nacimiento a una sexualidad totalmente censurada por la naturaleza y salud de sus protagonistas.

Para Cati y Pedro cada día es una nueva oportunidad de amarse pese a todos los impedimentos de su condición. La virtud de los jóvenes y su amor, no corresponde a la de los adultos que no consiguen conciliar sus intereses verdaderos, sus celos y su sobreprotección, con una actitud adulta más consecuente.

La película ofrece con su narración naturalista, casi documental un perfil real de la discapacidad, logrando que el espectador pueda aceptar a los protagonistas del mismo modo en que ellos se aceptan, sin juicios de valor, sin estereotipos, sino con plena inocencia.


Alfonso Gazitúa

Nació en Santiago de Chile. Ha realizado una serie de cortometrajes de ficción y documentales que retratan distintas realidades de Chile, como es el caso de Fiesta de la Virgen de Candelaria de Caspana (1994), Allegro (1995), Siempre jóvenes (2000) y Quédate conmigo (2002). El Rey de San Gregorio, presentado el pasado año en la sección Cine en Construcción 8 del Festival de San Sebastián, es su primer largometraje de ficción y surge de la experiencia que vivió, en 1994, trabajando como voluntario con discapacitados dicha población.

¿Cuál es su motivación para hacer cine?

Mi motivación de hacer cine es que puedo contar historias de una forma personal, íntima y con un punto de vista particular. Hago cine para hablar del amor, me gustan las historias sencillas, sin grandes discursos, actuada por gente común y corriente, dónde la naturalidad y verdad son mis principales focos de atención.
¿Por qué El rey de San Gregorio?

El Rey de San Gregorio nace primero como una experiencia de vida por diez años como voluntario de un grupo de discapacitados de la población San Gregorio, en la zona más pobre de Chile. Ahí conozco a Pedro Vargas y su novia Cati, dos discapacitados mentales que se amaban pero que no podían estar juntos , ya que sus padres se oponían a esa relación. Eso es real, ocurrió mientras yo estaba ensan Gregorio, ocurre ahora y creo que era tema para mi ópera prima.
Esta película tenía que ser actuada por Pedro, ya que él tenía todo lo que me interesaba de un actor: carismático, versátil y natural. Entonces, a partir de su vida, de sus momentos con su novia nace la idea y luego el guión. En el rodaje se improvisa a partir de ciertas indicaciones y el resto es naturalismo puro.

La Selección Oficial

El baño del Papa, de Enrique Fernández y César Charlone (Uruguay)
En el pequeño pueblo uruguayo, Melo una buena parte de las familias vive del comercio que generan los productos de contrabando que llegan del fronterizo pueblo brasileño Aceguá. Todos los días un grupo de ciclistas cruza la frontera a campo traviesa, cada uno lleva encargos, que pueden variar entre una botella de whisky, jabón o mate, hasta una decena de cilindros de gas. Este pintoresco, pero peligroso oficio es el modo de vida de Beto, protagonista de la película, quien busca una forma alternativa de ganarse la vida, al igual que el resto de compañeros.

La gran motivación comercial de los habitantes de Melo llega con la noticia de que el Papa Juan Pablo II visitará el pueblo, fenómeno que es manipulado por los medios de comunicación de tal modo que los pobladores se preparan, no solo para la venida del santo padre, sino de miles de personas de todo el Uruguay y el Brasil.

Para cada habitante de Melo este acontecimiento representa una oportunidad de enriquecer y todos preparan puestos de comida, venta de banderas, santos, medallas, bebidas, velas, etc. Beto por su parte aprovecha cada viaje en su bicicleta para traer del Brasil los materiales para construir su negocio: un servicio higiénico.

Los visitantes de Melo podrán no comer, ni llevarse un recuerdo pero no dejarán de ir al baño. Esta original idea sobre la que se construye la película es un arma poderosa de la creatividad del protagonista. Un baño puede salvar la economía de su hogar, sus relaciones familiares, su prestigio y calidad de vida. Un baño puede hacer de una película, una experiencia tan cercana, íntima, colorida, cómica y tensa, como ningún otro elemento cinematográfico.


Directores:

Enrique Fernández

Se ha desempañado en varias áreas del cine. Ha sido guionista, asistente de dirección y cámara en numerosos cortometrajes y documentales, tanto en Uruguay como Alemania, donde trabajó por varios años. En 1997 fue guionista de Otari, filme dirigido por Diego Arsuaga y que participó en la sección oficial del Festival de San Sebastián. Es profesor de guión en la Escuela de Cine de Uruguay. El baño del Papa es su ópera prima como director.

En una entrevista con José Luis García, para el portal Cinestel:

Sobre las motivaciones para hacer El baño del Papa: “Los hechos reales que dieron origen a la película ocurrieron en 1988 y yo me enteré de ellos diez años después, en una visita que hice a la ciudad donde nací (yo estaba viviendo ya en Montevideo). En esa visita escuché por primera vez las anécdotas que contaban de lo que había sucedido con el viaje de Juan Pablo II a Melo y me parecieron unas historias fantásticas para contar en una película. Entonces, al otro día, fui al barrio donde había ocurrido, donde el Papa había hecho su discurso, y conversé con algunas personas que habían estado involucradas directamente en la venta de comida y bebida de ese día. Allí obtuve algunos detalles más y ese fue el disparador de la historia que finalmente terminó en la película”.


César Charlone

Nacido en Uruguay pero residente en Brasil por más de 30 años. Tiene una vasta experiencia en publicidad. Comenzó su carrera como fotógrafo cinematográfico en la década de los setenta. En 2004 fue director de fotografía del filme Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, obtuvo una nominación al Óscar. Luego, trabajó con el mismo director brasileño en la también internacional El jardinero fiel. El baño del Papa es su ópera prima como director.

La Selección Oficial

La vía láctea, de Lina Chamie (Brasil)
Heitor es un escritor de más de cuarenta años que se ha involucrado en una relación con Julia, menor que él casi veinte años. Ella es veterinaria y actriz. Ambos se conocen por casualidad a la salida de una obra de teatro y desde entonces mantienen una relación con los altos y bajos del humor del escritor.

La vía láctea se centra en la enorme distancia que Heitor debe recorrer para recuperar el amor de Julia, luego de una pelea por teléfono que suena como el fin de su relación.

São Paulo confabula contra el reencuentro de Heitor y Julia y amenaza al escritor con imágenes constantes de sus acciones en el pasado, de sus palabras, sus preferencias y su falta de compromiso. La ciudad se convierte en el escenario de la impaciencia, en el símbolo de todas las trampas del amor para evitar la reconciliación y en una conciencia que juzga cada instante de la historia personal de Heitor y de su vida de pareja, en función de un posible futuro. El tráfico, la música, los recuerdos, los contratiempos, los celos son parte del viaje de Heitor hacia una nueva oportunidad de recuperar el amor y la vida.


Lina Chamie

Nació en São Paulo. Vivió durante 14 años en Nueva York, donde obtuvo una Maestría en música en el Conservatorio de Manhattan, y trabajó en el Departamento de Cine de la Universidad de la ciudad. De regreso a Brasil dirigió su ópera prima, Tónica dominante. La vía láctea es su segunda película

Para Nuestros Rollos:

¿Cuál es su motivación para hacer cine?

El deseo de contar historias

¿Por qué A vía Láctea?

Para contar una historia de amor, de pérdida, apego y deseo de vida. Son temas comunes a todos y universales en sus sentimientos.

Para el portal de cine Cinestel:

Sobre La vía láctea: “La película es bastante desconcertante por la manera que he tenido de contar la historia. Su vigor está precisamente en toda la confusión de la ciudad y la amorosa, la inseguridad y la inseguridad que conforman todo el mundo interior del personaje. Eso es lo que transmite la imagen, la inseguridad y el deseo de llegar y la dificultad de superar todos los obstáculos. En algunos momentos la película es frenética pero es poética en otros porque tiene diferentes propuestas, diferentes intenciones”.

La Selección Oficial

Otávio y las letras, de Marcelo Masagão (Brasil)
Otávio envuelto en su sobretodo camina por las calles de São Paulo recogiendo periódicos, revistas, imágenes, mapas. Roba el periódico de la puerta de su vecino, visita a diario una librería de viejos para comprar folletos con los que reconstruye y deconstruye su vida con una extraña forma de tachar y recortar palabras, frases, gestos, actitudes y colgarlas en las paredes de sus sala. Colecciona palabras.

Clara fotografía desde su departamento a las mujeres del barrio con un teleobjetivo que no le exige compartir con ellas sino a la distancia. Colecciona imágenes.

El taxista ha empapelado su escarabajo blanco por dentro con el mapa de la ciudad. Conoce uno a uno los barrios, las avenidas, sus nombres, su género. Es un coleccionista de calles.

Cada uno alimenta su obsesión como una rutina perfectamente ordenada y destinada a vivirse en solitario, con la ciudad de São Paulo como único testigo de sus pequeñas excentricidades. Cada calle, cada palabra, cada rostro es la poesía de una soledad prolongada y definitiva que solamente sale de su abstracción para combinarse momentáneamente con la colección y obsesión del otro.

Otávio y las letras es un homenaje a la ciudad, a la profundidad de la mente y sus trucos, a las miradas distintas que circulan por una metrópoli enorme donde las áreas públicas con cada valla publicitaria, cada anuncio, cada monumento y edificio acentúan la soledad de los espacios privados.


Marcelo Masagão

Realizó estudios de Psicología en la PUC de São Paulo. En 1986 inició su gestión de radios comunitarias y un año después fundó en Brasil la primera televisión comunitaria en el mundo. Ese mismo año rodó en Brasil su primer filme titulado Sexo, fe, sorte e morte. Sale de las fronteras de su país con su ambicioso ensayo fílmico sobre el siglo XX: Nós que aquí estamos por vós esperamos, realizada a partir de recortes biográficos sobre personas que vivieron durante el período. Con esta obra recibió el premio al mejor filme en la selección internacional del Festival de Lussas (Francia). Es el fundador y director del Festival do Minuto, de cortos que tiene lugar en Brasil desde 1994.

En una entrevista para Cinestel Marcelo Masagão comenta:

Sobre Otávio y las letras: “El filme es sobre la relación que tenemos con el mundo simbólico hoy, porque nunca en toda la historia había habido una relación tan fuerte entre nosotros y los símbolos, con una invasión completa y constante de los símbolos en nuestro cuerpo. Todos los personajes de mi película tienen esta obsesión con algunos símbolos. Otávio está dispuesto a pagar por hacerse con todos. Está Clara, la chica, tiene una relación obsesiva con la imagen de las mujeres, sean las que aparecen en las pinturas clásicas o sean las que toma desde su balcón a las chicas que pasan por el centro de Sao Paulo. Y al taxista le gusta tomar fotos de las calles vacías de la ciudad, sin ninguna persona”.

La Selección Oficial

La casa de Alice, de Chico Teixeira (Brasil)
Alice, su marido taxista y sus tres hijos inútiles viven en la casa de la abuela que se está quedando ciega. Cada uno hace su voluntad sin respetar a nadie y la casa es el espacio del caos en el que se asientan las raíces de esta familia disfuncional.

En la casa todo parece ser normal, pero en el fondo cada personaje, cada habitante tiene una agenda propia, que no contempla precisamente el bienestar familiar. Mientras el hijo mantiene una sospechosa relación con un hombre adinerado, el matrimonio de Alice y Lindomar se deterioran porque él le es infiel con jovencitas, que además reciben consejos sobre amor de la propia Alice, quien ignora el juego de la amante de su marido.

La abuela Doña Jacira es testiga y de algún modo cómplice de los secretos de cada habitante de la casa. Observa con distancia cada evento, pero no actúa. Lo que mantiene a Doña Jacira con vida es su programa de radio sobre temas esotéricos, que funciona prácticamente como única banda sonora a La casa de Alice.

El corte de la película es experimental, arriesgado en sus personajes crudos y en su forma cinematográfica, que limita con el documental y con una versión propio del director del cine de Dogma.



Chico Teixeira

Economista de formación, ha trabajado en la televisión y realizado documentales como director desde 1989. Su primer largometraje fue Favelas (1989). En 2006 estrenó su primer filme de ficción, La casa de Alice.

En una entrevista de Sergio Burstein para la publicación La Opinión Digital, Teixeira, cuya formación viene del documental cuenta:

Sobre La casa de Alice: "Pasar al área de la ficción no fue algo intencionado, ya que la idea inicial de esta película era hacer un documental sobre las personas ciegas. Investigué mucho el tema, interesado no en las razones físicas del problema, sino en sus consecuencias emocionales; en la manera en que estas personas desarrollan determinadas sensibilidades que los demás ignoramos. Pero el filme siguió hablando sobre la ceguera; no necesariamente sobre una falta de visión real, sino sobre el modo en el que las personas cierran sus ojos ante los problemas que tienen para poder sobrevivir”

Sobre los actores: “Trabajé siempre con un guión abierto, lo que quiere decir que los diálogos podían ser cambiados siempre por los actores. Además, sólo le daba el guión de cada escena justo antes de filmarla, porque no quería que lo tuvieran siempre en sus manos ni que se prepararan en sus casas. Me siento muy agradecido con ellos porque aceptaron trabajar conmigo a pesar de que no sabían realmente qué es lo que iban a hacer en la película; confiaron mucho en mí, aunque era mi primer trabajo de ficción”.

La Selección Oficial

Imitation, de Federico Hidalgo (Canadá)
Teresa (Vanessa Bauche) es una joven mexicana que emigro al Canadá con la intención de encontrar a su marido, quien la abandonó para viajar. En medio de una serie de circunstancias tragicómicas Teresa ofrece a quien quiera oírle la historia de su separación, hablando de su esposo perdido como si fuera su hermano. También lleva consigo una foto de él con la que se apoya para llevar a cabo la búsqueda.

Las relaciones de Teresa con sus compañeras de departamento, inmigrantes como ella, no son fáciles. Ninguna tiene fe en sus proyectos y tampoco están interesadas en apoyarle con la búsqueda, verdadero motor de Teresa para seguir en Montreal.

Su labor de detective recibe una contraparte algo extravagante, se le une un joven canadiense quien dice que quiere ayudarle. Así, la foto del extraviado “hermano” con el torso semidesnudo lleva al ayudante de Teresa hasta lugares inciertos.

La búsqueda, la decepción, la impaciencia y sobretodo la desconfianza son los sentimientos que se explotan con fuerza en Imitation, una película sobre decepciones, nuevos amores, nuevos mundos y la posibilidad de volver a construir una vida sobre un terreno desconocido, entre extraños.


Federico Hidalgo

Nació en Mendoza, Argentina, en 1961. Antes de incursionar en el cine trabajó como actor, escritor, y director de teatro. Obtuvo la maestría de producción de cine en Concordia University de Montreal. Sus cortos Lotería (1997) y Gesture (1999) fueron filmados en la ciudad de México, en colaboración con el director canadiense Roberto Ariganello. Un amor silencioso fue su primera película y su segundo largometraje es Imitation.

¿Cuál es su motivación para hacer cine?

Hago cine porque me gusta mucho trabajar en forma creativa con otra gente. El cine para mi es una actividad tanto social como personal; es un espacio que creamos, donde intentamos incorporar a toda la gente que se pueda en la realización de un proyecto. Creo que este proceso se refleja en las temáticas que representamos, como por ejemplo, la lucha contra la soledad y el aislamiento, y las relaciones entre gente de diversas culturas.

¿Por qué Imitation?

Imitation elabora estas temáticas y las dramatiza, desde un punto de vista poco explorado aquí en el norte (Canadá). Teresa, la protagonista, vive en un estado de aislamiento psicológico, emocionalmente estancada en una relación nociva con su pasado. Finalmente, logra enfrentarlo, en este caso representado por su esposo, quien se ha re-constituido en el norte como una especie de hombre mítico. Es así, con la ayuda de un joven canadiense, que Teresa logra salir de su burbuja y ver de nuevo al mundo con un poco de esperanza. Y es así también, proponemos, que se encuentra con ella misma, se reconoce finalmente, y deja atrás esa paralizante sensación que arrastra desde que llegó a su nuevo país, la de ser una persona calcada, un mujer irreal, una mera imitación.

La Selección Oficial

Partes usadas, Aarón Fernández (México)
Iván, un joven de 14 años vive con su tío Jaime. Ambos comparten una caja de lata donde guardan sus ahorros para poder irse a vivir a los Estados Unidos. Cuando Jaime nota que lo que están juntando con su poco trabajo y los pesos que Iván trae de sus jornadas en la lavadora de autos, y que además, su novia quiere a como de lugar unirse al plan de viaje, entonces decide entrenar a Iván en la misión de robar partes de autos para poder venderlas en el mercado negro y así acelerar la recaudación de fondos para la próxima salida de mexicanos con rumbo a los EEUU.

Partes usadas es una película colorida que se comunica con el espectador a través de la inocencia de los protagonistas más jóvenes, que son sencillamente auténticos en sus acciones. Pese a que están robando disfrutan de la simpatía y complicidad del público. Su perfil de antihéroes juveniles y vándalos se desdibuja fácilmente ante sus sentimiento genuinos y sus deseos tan simples como ingenuos.

La película presenta un panorama general de tensión social ante la violencia, los robos, la migración, la incomunicación, las familias disfuncionales, que se contrapone al sentido del humor y un optimismo que no se doblega ante ninguna casualidad ni coincidencia.

“I want to make much money” es una de las consignas que mantendrá vivo el espíritu del viaje y que definirá quien cruza la frontera y quien se queda.


Aarón Fernández

De 1991 a 1996 realizó estudios de cine en París en la Universidad de La Sorbona, donde obtuvo su maestría en Estudios Cinematográficos y Audiovisuales, con especialización en dirección y guión. Partes usadas es su ópera prima.

Sobre Parte usadas: “Es una película de relaciones humanas”. “Es una historia de lealtad”.

El director, en una entrevista con Filmeweb:

Sobre las dificultades de filmar una ópera prima: “Nadie te ‘pela’, sobretodo cuando eres un ilustre desconocido como yo. Bueno no ilustre, pero si poco conocido; tenía cuatro cortometrajes, de los cuales dos se hicieron aquí en México. No hay mayores dificultades económicas por que sea una primera película o una segunda, las dificultades siguen siendo las mismas. La ventaja es que tienes el beneficio de la duda. Te miran así como “¿por qué no?”. Entonces, en un país relativamente joven en donde la industria es muy artesanal y se necesita talento nuevo, creo que me beneficié de eso, de esa curiosidad que hay hacia los nuevos cineastas. De hecho, creo que mi película la hice en un contexto o en un tiempo realmente muy especial. Fue un año en que se produjeron como unas cincuenta películas, de las cuales, por lo menos, la mitad fueron operas primas.”

La Selección Oficial

Esas no son penas, de Anahí Hoenesin y Daniel Andrade (Ecuador)
Un día, un instante, un encuentro y el silencio bastan como la invitación más acertada a cuestionarse la vida. Cinco mujeres, amigas en la adolescencia deciden verse luego de 14 años para visitar a quien fuera en otros tiempos líder entusiasta del grupo y que ahora está enferma de cáncer.

Esas no son penas sucede durante ese día en el que se dibujan una a una las historias íntimas de cada protagonista en función del encuentro que tendrán por la noche. La ciudad es un escenario y una protagonista más, que vela por la tristeza, las dudas y la nostalgia de las mujeres. Mientras todo el resto, sus trabajos, las relaciones con sus parejas, sus padres, sus hijos son sencillamente el motivo que mantiene sus universos girando rutinariamente.

Con diálogos sencillos, miradas y omisiones Elena, Alejandra, Marina, Diana y Tamara comunican su indiferencia y la contradictoria melancolía por tiempos pasados. Cuestionar la vida un día, para seguir viviéndola al día siguiente con renovadas certeza del desgaste de las ilusiones.



Los directores

Anahí Hoenesin

Nació en Ecuador en 1971. Como productora, estuvo a cargo de la promoción y distribución del largometraje Fuera de juego (2002), de Víctor Arregui. Ha producido también los cortometrajes Trench (2001) y Tuyo hasta la muerte (1999). Ha trabajado en la dirección de actores de varios filmes, y como actriz en varios documentales.

Sobre Esas no son penas: “Nació como una necesidad de encontrar respuestas, de hacerse preguntas. En un inició no tenía forma de película, empecé a escribir anécdotas como escenas, primero fue un personaje, luego fueron aumentando las mujeres, nació después la idea de que eran amigas y ahí empezó a crecer la historia. El resultado es una película que a mí me gusta ver”.

Daniel Andrade

Ecuatoriano, nacido en 1973. Estudió Fotografía en el American Film Institute de Los Ángeles y se ha ocupado de la fotografía de varios largometrajes y cortometrajes en Ecuador y en los EEUU, entre ellos los cortos Trench (2001) y Tuyo hasta la muerte (1999), producidos por Anahí Hoeneisen. Y los largometrajes Cuando me toque a mi, de Víctor Arregui y 1809-1810 Mientras llega del día, de Camilo Luzuriaga. Esas no son penas es el primer largometraje dirigido por ambos y fue seleccionado en Cine en Construcción 8 y 9.

¿Cuál es su motivación para hacer cine?

Yo creo que nosotros no nos hacemos mucho esa pregunta. Sobretodo en un país como el nuestro si te preguntas eso lo más posible es que te dediques a otra cosa. Yo creo que el cine ha sido una parte importante de nosotros hace rato y se convierte en algo natural de lo que hablas y en lo que estás involucrado. No creo que uno tenga que tener grandes intenciones al hacer cine, creo que hay simplemente una cierta necesidad de involucrarse con ese tipo de lenguaje. Hay ciertos ambientes, cierta música, ciertos personajes, cierta zona de una ciudad o cierto tipo de historias que te inquietan. Yo creo que es, por lo menos para nosotros, un proceso natural.
¿Por qué Esas no son penas?
Si te refieres al título en si mismo era una frase que nos gustó mucho de una película de Gaviria. No es que la película tenga nada que ver con la de Gaviria pero cuando preparábamos la nuestra nos pareció que el título le iba bien. Es un poco la idea que uno a veces tiene de que siempre hay líos más importantes que las cosas que te afectan en tu nota personal. ¿Cuáles son penas? todas supongo.

La Selección Oficial

El otro, de Ariel Rotter (Argentina)

Juan Desouza (Julio Chávez) es un abogado de aspecto decaído que se encarga del cuidado de su anciano padre casi postrado en cama, a quien ayuda a asearse mientras conversan y el padre va hilando historias a su gusto ante la mirada paciente del hijo. Un día, Juan debe ir a un pequeño pueblo a cumplir con las diligencias de su oficio y su esposa le despide con la noticia de su embarazo.

El viaje a la provincia es un silencioso encuentro consigo mismo y la posibilidad de cambiar de identidad. Lo que parece una travesía laboral se convierte en una odisea breve en la que el abogado se enfrenta, como un Ulises moderno, a la alteridad encarnada por la muerte, el nacimiento de un hijo, la vejez y los vestigios de la pasión.

Julio Chávez, actor argentino consagrado por películas como El oso rojo y El custodio, es ahora el portador de un optimismo demacrado, en el cuerpo cansado de un abogado que elige –por un par de días- ser otro, llamarse distinto, elegir su cama, su ropa, su compañía durante las horas que dura la libertad y mientras asimila las nuevas condiciones de su vida ahora que será padre y repetirá su rutina infinitamente hasta ser el mismo.


Ariel Rotter

Nacido en Buenos Aires. Egresado de Dirección cinematográfica en la Universidad del Cine, realizó también estudios de Bellas Artes, actuación, fotografía y participó en diferentes talleres de guión. Se ha desempeñado como camarógrafo y director de fotografía en cinco largometrajes,y en numerosos video clips y comerciales. Entre sus cortometrajes figuran: Legolás (1993), Espectros (1995) y Olvidos locura y amor (2006). Sólo por hoy fue su ópera prima. El otro es su segundo largometraje.

¿Cuál es su motivación para hacer cine?

Yo creo que uno puede hablar con cierta propiedad solo de aquello que creeconocer. Mi aproximación al cine tiene ese carácter. Hago cine para intentar obtener un poco de paz, de calma, respecto de mis propios fantasmas, que son muchos. No sé como hacer algo que no me sea propio de algún modo. Esto no quiere decir deba ser autobiográfico. Pero si debe pertenecerme de algún modo.¿Por qué El otro?El otro es darle identidad a una parte de nosotros mismos. Es un instinto de un hombre por comprender su tiempo vital. El otro, somos nosotros intentando corrernos de nuestra propia sombra y en ese movimiento de desapego observarnos como si fuéramos otra persona y así intentar comprender que nos sucede.Es un hombre que se estremece: Puede, por primera vez, imaginar el transcurrir de sus días.El otro, es el grito silencioso y desesperado de un hombre por sosegarse ante la evidencia de finitud. Y la comprensión de que todo aquello que imaginó, todos los posibles caminos que alguna vez creyó tener ante sus ojos, se han reducido solo a uno: aquel al que sus pies lo pueden llevar.El otro propone aventurarse a deshacer esa certeza y jugar. Que pasaría si no fuéramos uno solo: adoptar una identidad nueva, que nos proteja de lapropia.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Se viene...

Mi nuevo empleo, mi pasión de siempre...el nuevo cine latinoamericano... Qué entrometida! comparando al cine con el oficio personal.... Pero sí, así es la vida de buena...
Qué viva el mejor cine latinoamericano que llega a Quito desde este jueves 8 de noviembre...! y Qué viva que este año... más que estar cerca... me siento adentro...!

Lean en próximos días, reseñas, entrevistas y sugerencias en programación de esta periodista que por ahora... es un medio oficial... de este festival!

Se viene...

domingo, 4 de noviembre de 2007

A la caza del Rey: ecuatorianos que hacen cine desde otras latitudes

Patricio Burbano, con una ambiciosa cinematografía por delante


Acerca del cortometraje A la caza del Rey: Sobre los cortometrajes se puede decir que son un género maestro del cine y en ese sentido se pueden comparar con los cuentos. Lograr que la narración sea redonda en pocos minutos o pocas páginas es un arte especial que determina la capacidad del autor para consolidar una historia y a sus personajes.

En A la caza del rey, de Patricio Burbano, se cumplen de manera concreta aquellas certezas sobre el género cortometraje. Esta obra redonda y simbólica se centra en el azar, en las historia de tres jugadores de ajedrez, en la osadía, pero a la vez humildad de los retos que impone el juego ciencia.

Un jugador anónimo se bate por correspondencia en una partida de ajedrez con el argentino Juan Carlos de las Heras, quien a su vez había vencido en los noventas al ruso campeón mundial Gary Kasparov.

El corto es una ficción disfrazada de documental cuyo mayor punto a favor es la narración melodiosa que producen las jugadas comentadas en ruso de manera hipnótica. La forma de contar es tan astuta como el juego mismo, pausada e inteligentemente cronometrada. Ni los personajes, ni sus acciones se anticipan a mover las fichas apresuradamente y el corto lo hace igual, hasta el punto de sostener un cierto suspenso que mantiene al espectador a la expectativa del vencedor y del vencido.


¿Quién es el director? Patricio Burbano, ecuatoriano de 25 años. Salió del país en 2001. Estudió literatura en la Universidad de Salamanca (España) y Cinematografía en la Universidad del Cine (Argentina). Presenta ahora su primer cortometraje A la caza de Rey, fruto de seis años de estudios. Esta obra se exhibió fuera de competencia en el Festival de cine de Mar del Plata.

Sobre sus aficiones comenta: Más que aficiones, diría que el Cine y la Literatura son los ejes que mueven mi vida y la manera en la que asumo mi lugar en el mundo. Pero también me gusta el jazz, la música clásica, los viajes, el tennis, los idiomas y la práctica del ajedrez.

Sobre su regreso al Ecuador: Nunca he dejado de volver al Ecuador. Voy a Quito por lo menos una vez al año para visitar a mi familia y mis amigos. Tengo un proyecto de largometraje que tiene al Ecuador como escenario principal, y voy a tener que hacer mucha investigación, así que es probable que el año que viene regrese (por lo menos temporalmente) al país.

Sobre su producción fílmica y literaria: A la caza del rey es mi primer cortometraje. Sin embargo, trabajo desde hace un par de años en un documental sobre el poeta rumano-argentino Jacobo Fijman. También estoy preproduciendo mi próximo corto, que filmaré el año que viene. Tiene que ver con una lectura de la música y la historia de un pianista a partir de los ensayos que escribió Olivier Messiaen sobre la sinestesia y su teoría de los pájaros como músicos ideales.

Sobre sus mejores momentos dedicados al cine: Los mejores momentos con el cine los he vivido como espectador. Empecé a ver cine muy temprano. Una experiencia extraordinaria fue haber visto una proyección de El acorazado de Potemkin en el Teatro Colón de Buenos Aires, con una orquesta sinfónica en vivo. Fue un viaje en el tiempo.

Lo más difícil: Probablemente, lo más difícil para cualquier cineasta es tener que lidiar con los medios de producción para hacer una película. A la caza del rey se hizo con un presupuesto mínimo, y fue un rodaje complejo y complicado.

¿Cuáles fueron sus principales motivaciones?

Siempre me fascinó el ajedrez como juego filosófico, su intensidad, su ritmo, y también toda la mitología que hay en torno a él. Cinematográficamente, quería jugar con la idea del “cine monstruo” (ficciones con cabeza de documental) y fundir la realidad de un acontecimiento a través de found footage (material de archivo inédito) y una ficción que escribí. El personaje principal, el narrador ruso, es un pequeño homenaje a los impostores de Nabokov: Smurov de la novela “El ojo” y Hermann Hermann de “Desesperación”, también hay juegos con las novelas de Stefan Zweig. La impostura es uno de mis juegos favoritos en el arte.

¿De dónde surge la historia?

Cuando conocí en mi Club de Ajedrez a un viejo jugador desconocido que había derrotado a Garry Kasparov (probablemente el mejor jugador en la historia del Ajedrez) en su mejor momento y me contó su hazaña, quedé maravillado y quise contar esa historia. La línea narrativa está basada en una anécdota que le ocurrió a un gran maestro del ajedrez británico, Nigel Short, mientras jugaba una serie de partidas por Internet con un jugador anónimo de raiting mínimo. Este jugador aplastó al británico diez veces seguidas, y Short se dio cuenta de que no se trataba de ningún principiante, sino del mismísimo Bobby Fischer (que cuando jugó con él en los noventa, estaba desaparecido huyendo del gobierno norteamericano).

¿Cómo definió la propuesta estética del corto?

Como te dije antes, quise trabajar según la línea cinematográfica del “cine monstruo”. No utilicé actores. Todos los personajes en la película salen de ellos mismos. Eran ajedrecistas reales, el club de ajedrez que aparece es el lugar donde juegan, etc. Solamente ficcionalicé la situación central. La fotografía y el montaje están planteados desde los contrastes. Le asigné a la ficción un blanco y negro muy contrastado (siguiendo la lógica de los tableros y las piezas del ajedrez) a través de una iluminación expresionista, en 16mm. La realidad en cambio fue un material de archivo inédito a color y en video sobre la visita de Kasparov a Buenos Aires en el año 93, donde se puede ver la partida en la que Juan Carlos De las Heras, el ajedrecista desconocido, lo derrota.

¿En qué se parece el corto al autor?

Siempre tuve una concepción lúdica no solamente del arte, sino también de la vida. Me gusta ver en la ficción una herramienta para dialogar con la realidad, para interactuar con ella. Como cuando Orson Welles leyó en su programa de radio “La guerra de los mundos” y la gente se lo creyó! Soy de los que piensan que el arte es un juguete.

¿Es usted un jugador de ajedrez?

Juego ajedrez desde tengo siete años, cuando me enseñó mi padre. Es un juego que siempre me ha acompañado a lo largo de mi vida. Puede llegar a ser un ejercicio muy obsesivo. Aquí en Buenos Aires tengo amigos con los que he llegado a jugar días enteros sin descanso.

¿Qué sugieren en su vida, en su obra y en el corto el hecho de que un jugador menos experto le gane siempre al prodigio?

Es fascinante ver como incluso los grandes genios tienen sus limitaciones, sus fisuras. Esa es la lección elemental del ajedrez, donde el rey, a pesar de ser la pieza más importante, está lleno de limitaciones y no podría hacer nada sin la ayuda de las otras figuras. En ese sentido, el ajedrez es una de las formas más perfectas de diálogo que conozco.


Paulina Simon T.

*Mi nueva condición de "articulista invitada" (me refiero, en mi antiguo empleo, mi antiguo medio...ya se siente muy antiguo) me permite escribir con plena libertad sobre el cine nacional... la libertad, el internet, el correo postal me presentaron a este nuevo amigo del cine y nuevo amigo mío. Después de varias charlas de cuestionarios ida y vuelta tenemos este artículo entrevista... y la fe en el talento de Patricio.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Segunda parte: cine ecuatoriano


Años llenos de satisfacción y proyectos para el cine nacional


*Hay por aquí en el blog, un artículo por encargo sobre los 25 años del cine ecuatoriano y luego, cuando se iba a publicar, los editores descubrieron que había tanta actividad, que sería bueno actualizarlo con la información de los últimos meses (da la impresión que en los últimos seis meses han pasado más y más rápido los asuntos del cine nacional, de lo que ha sucedido en 30 años...) Aquí la continuación... (foto de uno de mis personajes favoritos, el dr. Férnandez, protagonizado por el 'cínico' Manuel Calisto.



Como si el éxito de la película de Tania Hermida Qué tan lejos hubiera animado al resto de talentos ecuatorianos, 2007 pinta como un año de muchas satisfacciones para el cine nacional en cuanto a la gran cantidad de proyectos que se cuecen: hasta finales de este año tendremos el estreno de la cinta de Víctor Arregui, largamente esperada, Cuando me toque a mi. Mientras hay una proliferación de películas en proceso.
El pasado mes de agosto se celebró el Día del cine Nacional con la entrega del premio del ministerio de Educación, Augusto San Miguel. Este galardón fue un excelente medidor ya que otorga dos premios económicos ($25 mil y $10mil) a un largometraje y un documental en etapas de producción y postproducción y hubo quince proyectos participantes. Cifra que con optimismo y la gestión del Consejo Nacional de Cine dará como resultado en los próximos años quince nuevas películas ecuatorianas.
El Consejo Nacional de Cine culmina su primer año de vida con una labor interesante que incluye la negociación con el fondo de coproducción Ibermedia, un Programa de Cooperación Cultural entre Ecuador y Venezuela y las conversaciones con INCAA, (Instituto de audiovisual) de Argentina para la realización en 2008, de un encuentro de intereses multilaterales.Esta entidad rectora del cine nacional tiene entre sus objetivos la creación de una colección del cine ecuatoriano en formato dvd así como un congreso nacional de cinematografía con el que se busca reconocer las áreas técnicas, académicas e institucionales del Ecuador para unificar los intereses de la naciente industria del cine.
Entre los nuevos proyectos documentales en proceso se cuenta el primer largometraje de Gabriela Calvache, La labranza oculta, sobre la rehabilitación de una casa antigua en el centro histórico de Quito. También, se prepara Con mi corazón en Yambo, de María Fernanda Restrepo. Una obra de investigación sobre el caso de los hermanos de la directora desaparecidos en 1988. Cristina Carrillo trabaja en su obra sobre la devoción a la Virgen del Cisne, conocida como la Churona. Mientras, el ganador del Augusto San Miguel, se ocupará de hablar de los afroecuatorianos en Ibarra, en su película Puente de piedra. Se conoce también que el documentalista y director del festival EDOC, Manolo Sarmiento trabaja sobre la historia de la muerte de Jaime Roldós.
En cuanto al género de ficción se han rodado ya cinco largometrajes en distintos momentos de post producción. Los responsables son los directores Miguel Alvear, Matero Herrera, Sandino Burbano, Wilson Burbano y Camilo Coba. Y se conoce que el cortometrajista David Nieto ha empezado el rodaje de su primer largo, La llamada y que Carlos Andrés Vera prepara la adaptación al cine de la novela Atacames Tonic, de Esteban Michelena.