miércoles, 8 de agosto de 2007

Los Simpons, únicos honestos


Tras 18 años de espera, la película de Los Simpsons llegó a los cines del mundo en un momento en el que sus compatriotas hollywondenses se dedicaron a abarrotar las pantallas con producciones patrióticas, mensajes cargados de idolatría estadounidense, soldados honorables capaces de salvar al mundo y por supuesto, la quinta esencia en efectos especiales.
Este panorama funciona como pro y contra para Los Simpsons.


Por un lado, deben competir para llamar la atención de un público que se ha vuelto tan exigente con la parte visual y la espectacularidad, que no hay nada que satisfaga sus gustos. Los espectadores comentan todo el tiempo: “Esperábamos más” y esta frase se posa como un enigma sobre la película, que si bien genera expectativas acumuladas durante 18 años, es la esencia de Los Simpsons y difícilmente podría ser más.


Por otro lado, el pro es que Los Simpsons no compiten con los Transformers: son muy superiores, no tienes que recurrir a panfletos absurdos y humor físico. Sea que se trate de un capítulo estirado o no, conservan y afilan un humor satírico poderoso y honesto. Hablan de los temas más importantes de la política nacional e internacional, de calentamiento global, de poder e
ignorancia como solo ellos podrían hacerlo: sin dejar a nadie bien
parado.


Si bien la familia amarilla, no es favorita entre padres de familia y conservadores que satanizan sus chistes vulgares, hay que admitir que en el caso de la película toda broma tiene un objetivo crítico radical y real.

Es posible que la narración sea similar a la de la serie, pero para ser un largometraje hila muy bien cada una de las historias y brinda un minuto de fama a cada personaje. Y si aún así el público espera más, es mejor que se quede con Transformers.


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Desquitada de los malditos Transformeres o que?

miércoles, 1 de agosto de 2007

Entrevista a Marcelo Piñeyro

Mis película son un espejo de mi

¿QUIÉN ES? Marcelo Piñeyro, cineasta argentino, autor de Tango feroz. Nacido en Buenos Aires en 1953, sus obras se han convertido en íconos para la cinematografía de la región. Ha dirigido las películas Caballos salvajes, Cenizas del paraíso, Plata quemada, Kamchatka y El método Marcelo Piñeyro visita por primera vez el Ecuador y durante esta semana (julio 2007) brindará charlas sobre cine en torno a las películas más importantes de su carrera.

La cita:

"Tenía 37 años cuando empecé a rodar Tango Feroz y 38 cuando la estrené, no era un chico, pero toda mi vida había querido hacer películas y esta me llenó de confirmaciones porque uno nunca sabe si va a poder hacer cine hasta que lo hace. En ese sentido esta película es una bisagra importante en mi vida."


¿Cómo le hace sentir el hecho de que sus película sean íconos de la cinematografía latina?


Es algo que no tengo tan claro y me gusta siempre enterarme, hace poco supe que en Colombia se repone Tango Feroz cada año y es algo muy curioso, yo la hice hace 14 años y me encanta saber que sigue viva. Cuando yo empecé a hacer cine con Tango Feroz las películas argentinas se veían solamente en Argentina, con algunas excepciones. Pero con mis películas he tenido mucha suerte, han viajado y han conquistado América Latina, Estados Unidos, Europa incluso Asia y ni en mis mejores sueños figuraba todo esto que ha pasado, y a mi estimula mucho para seguir. En definitiva uno hace cine para que sea visto y que a alguien en las salas de cine o en su casa les importe y la constatación de que esto sucede y sigue sucediendo, no solo con la última película sino con las anteriores es maravilloso.


¿Cómo ha elegido los temas de sus película?


Más que elegirlos me vienen por asalto. Yo no tengo mucha conciencia, son los temas que tengo en la cabeza sin duda, algunos son los mismos que cuando hice Tango Feroz. Esos años que han pasado, también me han pasado. Cada película me ha transformado, y también ha cambiado el mundo en el que vivo y la realidad. Los temas vienen. Mientras estoy haciendo la película yo no tengo una dimensión de quienes pueden verla y tampoco pienso mucho en eso porque no se puede saber.

Prefiero concentrarme en los personajes, en la historia en la poética que cada película requiere. Me ha pasado, por ejemplo con Kamchatka yo sentía que era una película construida en base a sobrentendidos, en la que el tema central nunca está en pantalla y pensaba que era una película que fuera de Argentina iba a ser incomprensible y curiosamente fue una película que tuvo una comunicación poderosa en todo el mundo con el público, incluso en España, Brasil, Francia vendió más entradas que en Argentina. Incluso, en Francia tiene un programa de cine para colegios secundarios en el que muestran cinco películas y este año han incluido Kamchatka a la lista.


¿Se remite siempre a las mismas pautas estéticas? La estéticas es muy cambiante. Cambio como persona, cambio como director y ahora me planteo asuntos estéticos en los que no hubiera pensado cuando hice Tango Feroz . Yo cero en definitiva que cada historia exige su forma. En ese sentido no creo en los dogmas. Es tan distinto como he encarado Kamchatka que es una película tersa, o Plata quemada, que es profundamente áspera o El método que es una cinta fría. Sería absurdo en ese contexto aplicarles la misma estética a todas.


¿Hay alguna película que le haya costado más?


Sin duda Tango Feroz por que es la primera, fue la que me tuvo más inseguro. Pero en términos de trabajo, todas las películas cuestan muchísimo pero de eso se trata y no lo siento como un peso. Cuando empiezo a encarar una película siempre tengo esa sensación de que todo lo que he aprendido haciendo películas no me sirve con esta. Y en cada película me he sentido como un debutante, con más seguridad, con mayores certezas, pero siempre reinventando las herramientas, porque las que tengo ya no sirven.


¿Tiene alguna película predilecta? No, todas. Pero Tango Feroz me llenó de confirmaciones porque yo siempre había querido hacer cine y uno nunca sabe si va a poder hasta que lo hace. En ese sentido es una bisagra importante en mi vida. Tenía 38 cuando la estrené, no era un chico pero toda mi vida había querido hacer películas. Para hacer Tango Feroz me tomó como 5 años conseguir el financiamiento.


¿Todavía es difícil conseguir financiamiento?


Es más fácil ahora, a partir de Cenizas del paraíso el financiamiento de mis películas ya no depende de Argentina, sino básicamente de Europa. Y cruzo los dedos porque hoy el financiamiento ya no es un tema complicado


¿En qué proyecto está trabajando?


En una película a la que le damos el título de trabajo Dos extraños. Cuenta una noche de una pareja que se encuentra casualmente, un argentino y una española en Nueva York. Dos solitarios. Es una historia de amor que no se atreve a ser. Actuarán Pablo Echarri y Maribel Verdú. Y empezamos a filmar ahora a fin de año, una parte en Nueva York y otra en Buenos Aires.


¿Le motiva el tema de la migración?


Sí hoy en día es un tema sin duda. Trasladarse de sociedad y la carencias de raíces en las nuevas sociedades es un tema que motiva.


¿Entre los directores argentinos más jóvenes, prefiere alguno?


Han surgido muchos nombres en los últimos años, pero me gusta mucho el trabajo de Lucrecia Martel, Adrián Caetano, Pablo Trapero, Ezequiel Acuña y otros.


¿Tienes prioridad por los actores?


En Argentina hay excelentes actores y creo haber trabajo con muchos de los mejores Cecilia Roth, Ricardo Darín, Leticia Bredic, Héctor Alterio y muchos otros. También he trabajado con excelentes actores españoles Eduardo Noriega, Carmelo Gómez. En El método me di un lujo, conté con la plana mayor de una generación del cine español, que fue un deseo, casi una fantasía que se concretó.


Paulina Simon T.