Esas no son penas, de Anahí Hoenesin y Daniel Andrade (Ecuador)
Un día, un instante, un encuentro y el silencio bastan como la invitación más acertada a cuestionarse la vida. Cinco mujeres, amigas en la adolescencia deciden verse luego de 14 años para visitar a quien fuera en otros tiempos líder entusiasta del grupo y que ahora está enferma de cáncer.
Esas no son penas sucede durante ese día en el que se dibujan una a una las historias íntimas de cada protagonista en función del encuentro que tendrán por la noche. La ciudad es un escenario y una protagonista más, que vela por la tristeza, las dudas y la nostalgia de las mujeres. Mientras todo el resto, sus trabajos, las relaciones con sus parejas, sus padres, sus hijos son sencillamente el motivo que mantiene sus universos girando rutinariamente.
Con diálogos sencillos, miradas y omisiones Elena, Alejandra, Marina, Diana y Tamara comunican su indiferencia y la contradictoria melancolía por tiempos pasados. Cuestionar la vida un día, para seguir viviéndola al día siguiente con renovadas certeza del desgaste de las ilusiones.
Los directores
Anahí Hoenesin
Nació en Ecuador en 1971. Como productora, estuvo a cargo de la promoción y distribución del largometraje Fuera de juego (2002), de Víctor Arregui. Ha producido también los cortometrajes Trench (2001) y Tuyo hasta la muerte (1999). Ha trabajado en la dirección de actores de varios filmes, y como actriz en varios documentales.
Sobre Esas no son penas: “Nació como una necesidad de encontrar respuestas, de hacerse preguntas. En un inició no tenía forma de película, empecé a escribir anécdotas como escenas, primero fue un personaje, luego fueron aumentando las mujeres, nació después la idea de que eran amigas y ahí empezó a crecer la historia. El resultado es una película que a mí me gusta ver”.
Daniel Andrade
Ecuatoriano, nacido en 1973. Estudió Fotografía en el American Film Institute de Los Ángeles y se ha ocupado de la fotografía de varios largometrajes y cortometrajes en Ecuador y en los EEUU, entre ellos los cortos Trench (2001) y Tuyo hasta la muerte (1999), producidos por Anahí Hoeneisen. Y los largometrajes Cuando me toque a mi, de Víctor Arregui y 1809-1810 Mientras llega del día, de Camilo Luzuriaga. Esas no son penas es el primer largometraje dirigido por ambos y fue seleccionado en Cine en Construcción 8 y 9.
¿Cuál es su motivación para hacer cine?
Yo creo que nosotros no nos hacemos mucho esa pregunta. Sobretodo en un país como el nuestro si te preguntas eso lo más posible es que te dediques a otra cosa. Yo creo que el cine ha sido una parte importante de nosotros hace rato y se convierte en algo natural de lo que hablas y en lo que estás involucrado. No creo que uno tenga que tener grandes intenciones al hacer cine, creo que hay simplemente una cierta necesidad de involucrarse con ese tipo de lenguaje. Hay ciertos ambientes, cierta música, ciertos personajes, cierta zona de una ciudad o cierto tipo de historias que te inquietan. Yo creo que es, por lo menos para nosotros, un proceso natural.
¿Por qué Esas no son penas?
Si te refieres al título en si mismo era una frase que nos gustó mucho de una película de Gaviria. No es que la película tenga nada que ver con la de Gaviria pero cuando preparábamos la nuestra nos pareció que el título le iba bien. Es un poco la idea que uno a veces tiene de que siempre hay líos más importantes que las cosas que te afectan en tu nota personal. ¿Cuáles son penas? todas supongo.
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