sábado, 6 de marzo de 2010

Metrópolis: La vigencia de la fábula política y el amor por el cine



No existe una sensación que se compare a la que produce ser espectador de una proyección cinematográfica. Por más acostumbrados que estemos a sentarnos en una sala de cine, la experiencia no deja de ser única e irrepetible con cada película.
Es, en esencia, ese poder de las imágenes que nos ilumina y también a un buen número de extraños sentados a nuestro lado, el que hace que ver el cine frente a la comodidad de nuestros televisores y reproductores de dvd tenga tan poco encanto.
Esta reflexión, casi anacrónica en una época de teatros en casa, es el resultado de ver y escuchar una de las más importantes películas de todos los tiempos, Metrópolis, de Fritz Lang a la antigua: en la gran pantalla, entre cientos de personas y musicalizada en vivo, como si nos hubiéramos transportado a 1927.

La obra maestra de Lang dio inició al Festival Eurocine, la noche del jueves en Quito con un espectáculo inolvidable protagonizado por una fábula política siempre vigente, acompañada por la música contemporánea, electrónica y sicodélica de la banda Can Can.

De Metrópolis se ha dicho todo, pero en cada época en la que se vuelva a ver, seguirá vigente el genio premonitorio de Lang, esa relación ambigua entre humanismo e industrialización, la sorprendente arquitectura del mundo siempre inclinándose peligrosamente hacia la soberbia bíblica de la Torre de Babel.

Metrópolis es una ciudad moderna, futurista construida sobre los hombros de los obreros que mantienen vivo el corazón industrial de la megalópolis. Una cabeza, millones de manos y ningún mediador que sea capaz de poner el corazón que hace falta para acabar con la esclavitud, la deshumanización y el odio.

La música de Can Can, bajo la dirección de Nelson García, acompaña con precisión este sentimiento de vigencia que propone Metrópolis, ese aire eternamente futurista, que se fusiona con un ritmo experimental, cargado de efectos, voces, timbres, ruidos industriales, máquinas infernales. Para ser justos con la musicalización existen momentos en que el expresionismo inquietante y bello de Metrópolis recibe una sobrecarga de información cuando Can Can le añade líricas a la música, pero en general imágenes y ritmo conviven intensamente.

Un clásico atado a los sintetizadores del presente, con una vocación única de inquietar, motivar y revivir al público, sacarlo de su cine en casa y devolverle la experiencia única del cine, esa sensación que nos ilumina y nos reconstruye.

¿Qué sacrificio harías por amor?



¿Qué sacrificio harías por amor? Es quizá una de las preguntas más significativas en una relación. Y de ésta derivarán generalmente una serie de ofrecimientos que muy poca gente es capaz de cumplir; amorosas campañas plagadas de lugares comunes, que afortunadamente, en la práctica casi nunca hace falta aplicar. Si la pregunta se la hace a un padre, no existe casi nada que no haría por sus hijos.

Irina Palm, película británica de Sam Garbarski que se exhibe en el marco del Eurocine, es quizá todo menos el lugar común del sacrificio materno. Maggie es la abuela de Olly un niño enfermo al borde de la muerte. Para curarlo, ya ha vendido todas sus posesiones pero aún requieren dinero.

La noble abuela sale a las calles de Londres a buscar la forma de reunir el dinero y termina solicitando trabajo de “anfitriona” en un cabaret; sin entender del todo que esto la convertirá en dos manos anónimas que masturban a los caballeros a través de un hueco en la pared.

Nada parecería tan insólito y descabellado, pero la película de Garbarski tiene el control absoluto sobre un tema que bajo otra lupa podría ser perverso. La abuela termina por convertirse en un mito urbano de placer y es bautizada como Irina. Sus palmas mágicas y secretas, que aman dulcemente a los londinenses son la distracción más cotizada del Soho. Mientras, el dinero que genera esta leyenda sigue llegando a la cuenta del nieto moribundo.

Irina Palm es una obra maestra del cine europeo actual: parte de una idea descabellada y la resuelve paso a paso con una belleza fotográfica, un sentido del humor fino y una elegancia clave que el espectador agradece en cada escena. Un espacio sórdido, como el cabaret y su cabina de masturbación, se convierte en una habitación iluminada por el decoro del personaje y el admirable talento de la actriz Marianne Faithfull.

Los personajes de la abuela, interpretado por Faithfull, la mítica y bella modelo, cantante de rock y blues en los 60’s y de Miki, el dueño del cabaret encarnado por Miki… protagonista de la siempre clásica Underground de Kusturica son entrañables. Ambos le dan a la película la esencia de su humanidad, logran que el sentido del sacrificio materno sobrepase todo cliché y se convierta en una brisa de cine fresco, cercano, contagioso de buen humor, sobriedad y seriedad cinematográfica. Una obra única en su trasfondo humano y en la sutileza de su mirada.

Nubes en el epílogo



En silencio, en una habitación blanca iluminada poderosamente por el sol del medio día, entre poco que decir y mucho para ofrecer se aman un hombre y una mujer. Es un arrebato pasional que da apenas la pauta de lo que será la esencia de la película alemana En las nubes o Nube 9 (Wolke 9), de Andreas Dresen.

Esta pasión abrupta, pero suave a la vez, resulta del primer encuentro sexual entre Inge, una mujer de más de sesenta años y Karl de 76. Adulterio adulto: un tema casi difícil de ver, que la película presenta sin tabú, ni contemplaciones; sino más bien con una naturalidad tan dramática que llega casi a ser dolorosa.

Inge está casada con Werner desde hace 30 años y aunque no ha buscado serle infiel, secretamente deseaba poder sentir una vez más lo que es el enamoramiento. Y de repente, sucede y es tan abrupto y total que es como rejuvenecer. Vemos a Inge ir y venir de su marido a su amante, sin poder definir sus sentimientos, entre la culpa y el placer.

Para ver En las nubes, para sentirla, hace falta desprenderse del pudor extraño que uno experimente frente a la desnudez madura y más aún frente a la sexualidad. El encanto de esta desnudez tan contundente, tan cruda a ratos, es su relación directa e íntima con el esplendor de los sentimientos, con el sentir profundo y transparente.

La película alemana es una obra minimalista, de una estética básica, adornada apenas por el paso del tren, el segundero del reloj de la cocina, el café filtrándose lentamente y el silencio. Imágenes brillantes de la naturaleza, de las flores y los árboles en pleno verano dejan sentir el florecimiento de los personajes, así como la naturalidad de su amor que pasa a ser un elemento más en esta estación de la vida.

La forma en la que son mirados los personajes es decidora del espíritu de sus deseos. Va de los primeros planos de unos rostros solemnes, curiosos, enamorados, adoloridos; a unos planos generales vaciados de emotividad, en los que la soledad de la vejez respira y hace temblar el equilibrio del mundo.

Entre escenas escucharemos también a un coro conformado por señoras de la tercera edad, en el que participa Inge. Aquello que cantan se convertirá en una forma alterna de narrar las pasiones y penurias de los personajes que van por las nubes, sin saber si el fin del verano será una llovizna o una tormenta.

La absurda batalla de sexos



Absurdistán es un pueblo en la mitad de la nada, política y geográficamente olvidado por todos. Es un territorio fantasma, que alberga a los más pintorescos habitantes de la tierra: hombres y mujeres felices que hacen el amor todos los días y con gran acaloramiento y duermen hasta las 10 de la mañana.

La película del director alemán Veit Helmer, Absurdistán es una comedia que se construye sobre las ruinas del ex mundo soviético y una serie de fantasías románticas, creencias esotéricas y costumbres excéntricas.

Aya y Temelko nacieron el mismo día, al mismo tiempo. Se comprometieron a los 4 años y se casaron a los 8 en su mundo infantil repleto de felicidad y amparado por constelaciones perfectamente alineadas. A los 14 años deciden que desean unirse sexualmente, pero las estrellas indican que deben esperar 4 años hasta que Virgo y Sagitario estén juntos en el firmamento. Ambos se proponen esperar y mientras esto sucede todos los jóvenes hombres del pueblo, incluido Temelko, se van a la ciudad a estudiar para poder traer soluciones para el estilo de vida primitivo de sus padres y abuelos.

Absurdistán tiene un aire vago de lo que son las películas de Emir Kusturica, especialmente Gato negro, gato blanco. Pero, a diferencia de ésta, no consigue integrar al espectador en la fábula surrealista. El universo fantástico que propone Helmer es apenas una repetición de situaciones inverosímiles y una exhibición del machismo más rancio y de un discurso de poder anacrónico.

Cuando Temelko regresa 4 años más tarde para vivir su primera noche de amor se topa con un pueblo en ruinas por la sequía. En todo ese tiempo nadie ha sido capaz de mover un dedo para reparar las tuberías que llevan el agua a Absurdistán. Ese será entonces, el conflicto central de la cinta: “Sin agua, no hay sexo”, mujeres en paro, el mayor castigo que le pueden propinar a los absurdos sementales con los que conviven.

De cualquier modo, la película es cómica, ofrece una buena gama de personajes carismáticos y reconstruye un mundo mágico, a partir de la renovación del amor que solo los jóvenes pueden comprender e inculcar al resto.

Botellas retornables, vidas reciclables



Los días en el Eurocine van dejando poco a poco una sensación honda de conexión con un mundo íntimo, de una relación más cercana con los sentimientos y las preguntas importantes de la vida. Con la cinta Botellas retornables, de Jan Sverák se reafirma esta noción de estar viendo un cine que no habla de lo extraordinario, sino de aquello natural. Esta película checa es una mirada a la vejez y a los contratiempos de llegar a ese momento cuando la jubilación es una tragedia para la que nunca estábamos preparados y el desamor es una corriente fría que se cuela por las puertas mal engrasadas de nuestras guaridas.

Josef Tkaloun es profesor de literatura checa. Sus alumnos son unos adolescentes impertinentes que hacen que pierda la paciencia y después de largos años de devoción por su trabajo decide retirarse. El primer día en casa con su mujer se siente tan atrapado por la rutina que decide salir a buscar trabajo. Primero como mensajero y después en un puesto de reciclaje de botellas en un supermercado.

La película nos muestra a un hombre adulto que de ninguna manera piensa asumir la edad como un inconveniente y demuestra que no lo es. La historia está narrada en un tono tan sutil que casi no nos deja percibir que en realidad se trata de un drama, pese a la forma cómica en la que ha sido abordado.

Es una obra naturalista, poco ambiciosa en el aspecto formal, lo cual le deja mucho espacio al guión y a la construcción de los personajes para fortalecer cada una de las anécdotas que se van colando en la historia central.

La ventanilla y el cuarto de reciclaje donde trabaja Josef son como un confesionario: Hombres y mujeres elevan una plegaria por su soledad, su angustia, el paso del tiempo, sus nuevas ilusiones y pasiones escondidas. Josef hace las veces de confesor, amigo, Cupido y otras tantas de fisgón, aprovechando su posición privilegiada para fantasear con la juventud ajena y todas las bondades de las faldas veraniegas y transparentes de las mujeres de Praga, atravesando ante sus ojos en contraluz.

Botellas retornables es una bocanada de cine fresco, alegre pero a la vez duro, que se construye a partir de escenas mínimas, pero siempre cargadas de significado y valor.

Un día de secretos y jazz



Empieza el día para Julia y todo parece estar en el mismo estado que el día anterior: su marido no la desea, la mayor parte de sus cosas siguen empacadas en cajas desde que ha iniciado la mudanza, su hija se peina con demasiada gomina, pero algo es distinto, en las noticias de la mañana anuncian que la cantante estadounidense Nina Simone ha muerto en Francia (Abril, 2003.

Esta noticia parecería conmover a Julia de tal modo que se decide en ese instante a comprar un piano, aquel instrumento que no ha necesitado nunca y que ahora de repente le parece indispensable para recuperar el tiempo perdido, para volver a la infancia cuando no sentía todas estas preocupaciones de ahora.

Secretos es una película checa de Alice Nellis que se centra de manera poética y musical en el día de Julia (Iva Bittová), cuya compañera de travesías y decisiones trascedentes será durante toda la jornada Nina Simone y su voz apasionada, cargada de gemidos entristecidos.

Con el pretexto de buscar el piano ideal para darle sentido a la vida, Julia deambula por las calles de Praga, aprovecha que tiene un par de horas libre y termina la relación que tiene con su amante; más tarde usa otro poco de ese tiempo para visitar a una terapeuta esotérica a quien termina agrediendo físicamente, mientras se asusta con la posibilidad de que su hija adolescente esté en algún sitio de la ciudad consumiendo drogas y espera pacientemente la hora de poder llevarse su piano a casa.

Se trata de una obra que pone de manifiesto la intimidad de una mujer que se debate entre la maternidad, el afán por conservar la belleza del pasado, la esperanza de sentirse deseada y estas sensaciones se expresan en el guión a partir de una serie de intervenciones fantásticas. Julia sufre de pequeños desmayos, se desvanece y ve cómo el mundo a su alrededor se mueve como si bailara al ritmo de sus pensamientos.

La cinta expresa formalmente aquello que el personaje tiene por dentro: es un guión recargado de micro historias, de anécdotas y cientos de personajes que aparecen y desaparecen como si se tratara de un desfile, un carnaval; que finalmente representa el mundo interno de la protagonista, es la puesta en escena de sus angustias y deseos que se suceden infinitamente en el día más largo y complicado de su vida.
Secretos es una obra fresca y a la vez nostálgica, que se une a otras películas de este Eurocine en su talento para expresar los conflictos humanos de mayor peso, de un modo sutil, siempre entre el humor y la naturalidad.

La sabiduría contra la normalidad



La inteligencia es un rasgo humano que, contrario a lo que se pueda pensar, en muchos casos no está diseñada para facilitarles a las personas su paso por el mundo, sino que funciona como un detonante para el aislamiento, la desconfianza y el dolor.
Vitus es una película suiza del director Fredi M. Murer, quien nos ofrece el deleite de seguir el crecimiento del pequeño Vitus, un niño prodigio cuyas capacidades se manifiestan desde muy corta edad. En el jardín de infantes les lee enciclopedias a los niños, les explica como morirán por culpa del calentamiento global; en casa toca el piano como todo un concertista e ilustra a sus padres sobre la vida y supervivencia de los murciélagos.

La película es de un corte clásico, en lo relacionado a lo formal, tiene una narración lineal, que no sorprende demasiado, y es que en realidad su intención no es la de los grandes acontecimientos, sino la de guiar al espectador, permitirle seguir el desarrollo del protagonista y los procesos familiares. La cinta es eso, una obra familiar, en todo sentido. Porque también desde la calidez de su fotografía, de la forma en la que se van exponiendo los personajes y revelando sus deseos, provee al espectador de una sensación agradable de participación en el núcleo íntimo, del sentir de este grupo humano cercano, comprometido con el don del pequeño Vitus.

La cinta de M. Murer tiene como cualidad, que pese a centrarse en los talentos extraordinarios, lo que hace es contraponerlos con la voluntad y la valentía de la normalidad. Vitus es un niño y más adelante un adolescente cuyo desempeño solo le genera soledad. Se apropia del orgullo y la soberbia para defenderse de un mundo que no lo recibe, ni lo comprende. Mientras sus padres se esmeran en criar un genio, sacrificando sus propias virtudes y carreras.

Lo más destacable de esta obra son las actuaciones: Los personajes de Vitus, el niño y el adolescente tienen un poder especial para equilibrar la narración, siempre entre la ternura de la infancia y la frialdad de la genialidad. Es una joya de la película la presencia del brillante actor Bruno Ganz (Hitler en La caída) quien interpreta al abuelo de Vitus, cuya figura está presente todo el tiempo, como el maestro que mueve los hilos de la trama, de la familia y de la prodigiosidad del nieto, quien juega a ser a veces el artista ambicioso y otras el niño ingenuo. Una obra con un sentir clásico, llena de belleza musical.

Sexo, amor y revolución



Mujeres voluminosas, de hermosas melenas largas y uñas barnizadas con el carmesí del amor, caminan al ritmo del trópico, con un aire de fiesta en las caderas. Esa es apenas una de las primeras impresiones que la alemana Mónica Krause tuvo de las mujeres cubanas cuando en 1961 llegó a la isla con su flamante marido cubano y sus mejores intenciones de aclimatarse.
La reina del condón, de Silvana Ceschi y Reto Stamm es documental q que trae consigo unas inquietudes sobre política y sexualidad, que a pesar de suceder entre los 60’s y los 80’s en Cuba, tiene un aire tan cercano con nuestra realidad, o más bien con nuestro silencio frente a ciertos temas, que calza como anillo al dedo para nuestra sociedad.

Mónica Krause tenía 20 años cuando llegó a Cuba y acababa de salir de la Alemania socialista. Su motivación más grande era estar en un lugar donde sucedía una revolución. Y por coincidencias de la vida llegó rápidamente a ocupar un lugar cerca de las altas esferas políticas cubanas. Si bien le sorprendía la exuberancia de la mujer cubana, lo que realmente le llamaba la atención era que por primera vez en la historia de este país la mujer empezaba a ser partícipe de la vida política; dejaba de ser la bella ama de casa, el símbolo erótico del trópico, para convertirse en una fuerza más de la revolución. Este fenómeno tenía unas implicaciones muy serias para el patriarcado cubano, los pequeños hijos de las revolucionarias, ahora se criaban en guarderías, campamentos e internados y ellas hablaban, opinaban, marchaban y exigían un trato igual.

En medio de estas actividades político sociales, Krause emprende su propia campaña: Esta igualdad de género no podía suceder sin el aprendizaje de educación sexual. La alemana rebelde escribía libros, aparecía en televisión, se la oía en la radio, enseñaba a los jóvenes a usar preservativos, daba entrevistas atacando al gobierno por ser homofóbico y por todo esto recibía incluso amenazas de muerte en la puerta de su casa. El machismo preponderante no podía resistir que se tocará su intimidad de ese modo, abierto y desvergonzado.

Se trata de un excelente documental, necesario, sólido en su propuesta, con una mirada enfrentada del pasado y el momento actual. Es además, un retrato bello y humano de una mujer casi leyenda de sus tiempos y que toca temas neurálgicos de la sociedad no solo cubana, sino latina en general. Lo que Krause enseñaba en esa época, el machismo que combatía, los embarazos en adolescentes que intentaba prevenir y ante todo su lucha contra la desinformación hacen que el documental funcione, no solo como un documento memoria, sino como una lección actual y necesaria en sociedades que viven revoluciones y no deben olvidar su responsabilidad con la sexualidad ciudadana.

Duska, un amigo incondicional


Entre todas las películas de este Eurocine, la holandesa Duska, de Jos Stelling es quizá una de las más excéntricas, con mayor posibilidad de lecturas e interpretaciones y la que genera una variedad insólita de sentimientos en el espectador.

Un hombre mayor va todas las noches al cine con tal de poder comprar el boleto de manos de una hermosa joven rubia que lo seduce hasta la angustia. Cada noche sale antes de que termine la película y la ver irse feliz en una moto abrazada de un conductor fantasma. Esta rutina y los intempestivos aguaceros se repiten en cada nueva escena y para nuevas frustraciones del protagonista. Hasta que un día, repitiendo el ritual de espiarla, esta vez desde su auto, ve como la pareja discute acaloradamente y ella decide subirse en el auto con él y pedirle que la lleve.

Este suceso, que podría cambiar la vida del hombre, cuyo silencio y soledad se va tornando desconsoladora, es interrumpido por otro de mayor dimensión: en mitad de la noche alguien toca el timbre imponentemente. Duska ha llegado. Un ruso, bonachón y algo estúpido que lo único que sabe es que esta es la casa de su amigo Bob y que ha llegado a quedarse. Desde este momento sabremos que nuestro silencioso protagonista es Bob y que sin duda, debe tener un pasado secreto de donde llegan las visitas más extrañas.

La película y la vida de Bob que sucedían en calma y casi sin ningún diálogo, se ven interrumpidas por la bulla de Duska, su presencia fastidiosa, sus modales torpes y su cara de santo inocente. ¿De dónde salió y cuándo se irá? Bob sabe que su presencia equivale a la imposibilidad de amar a su joven musa.

El ritmo de la película atrapa por completo al espectador, la irritación que siente Bob al vivir con Duska y no poder librarse de él, es compartida. Es casi como si la película exigiera la participación de quien la ve, como si uno debiera atar los cabos sueltos de la vida de Bob y tolerar con dificultad a Duska.

Es una película que difícilmente puede leerse de forma lineal, de repente regresa al pasado, viaja entre mundos fantásticos e historias vistas en el cine y es como un sombrero de mago del que siguen saliendo sorpresas: en este caso los personajes más exóticos e irreales posibles, quienes tratan de dar sentido a la vida de Bob.

Hacia el final, uno tiene la impresión de no poder distinguir entre la vida, el sueño, el cine, hasta la muerte incluso. Porque todas las historias se siguen hilando a sí mismas desde la fantasía. ¿Es Bob un guionista frustrado y su historia una invención? Y Duska, ¿es un mendigo ruso? ¿O el detonador de todas las tragedias en la vida de Bob?
Cada posible construcción es una nueva película, y cada una de ellas vale la pena ver y saborear de principio a fin.

Pequeña joyas de la cultura europea



El cine animado, explotado en su mayoría por los japoneses cuya creatividad y técnica es esencial en el desarrollo de este género, tiene hoy en día un repunte a escala mundial que viene de la mano de impresionantes avances tecnológicos e infinitas nuevas posibilidades de difusión. Es así, que resulta básico para este Eurocine tener una muestra de cortometrajes animados, que son el complemento perfecto de la muestra “Europa al día” ya que definen casi en su totalidad las expresiones artísticas diversas del viejo continente.

Hay algunos ejes temáticos que atraviesan las cintas de este festival en particular y que responden a lo íntimo, a lo cotidiano, a las relaciones humanas, en varias obras está presente la vejez y sus reveses; mientras la muestra “Generación ánime” representa casi todo lo contrario: la juventud, la fantasía, lo macabro, lo absurdo y llevan consigo un aire musical muy marcado que va desde Edith Piaf hasta el heavy metal.

En esta programación de cortos se exhiben diez animaciones de realizadores franceses, que están en la vanguardia del uso de la técnica y que proponen narraciones muy particulares, algunas más apegadas a la narración tradicional, a las leyendas y fábulas populares, otras, la mayoría, dedican una buena dosis de humor negro y extrañeza para llevar a la pantalla a seres imposibles y admirables a la vez.

Entre los personajes del mundo animado aparece Tong, un científico fracasado -en teoría- que siempre crea exactamente lo opuesto de lo que le piden sus jefes. Se trata de una caricatura de los seres humanos, de la locura y torpeza que implica intentar salvar el mundo. Esta Tadeus un niño inmigrante que ha llegado de Chechenia a Francia para revivir la guerra de su pueblo, en la violencia del patio de juegos infantil donde los niños repiten de memoria los discursos xenofóbicos aprendidos de los adultos. Dos pequeños vampiros en Vampz quienes se torturan como parte de sus juegos más inocentes. Un hombre oveja, dueño de un cerdo que ha asesinado al perro de la vecina. En Calypso is like so, un actor célebre, ahora abandonado en el desierto revive sus momentos de gloria sin diferenciar su vida real, de sus actuaciones del pasado, un homenaje a Robert Mitchum, estrella de Cape fear.

Animación con plastilina, digital, con dibujos, con fotografía, múltiples técnicas que reproducen la crueldad, la belleza estética, la caricatura y las ilusiones.
La presentación de “Generación ánime” es un gran acierto en la curaduría del Eurocine. Brinda un panorama contemporáneo amplio, pero a la vez preciso por la forma en la que se contraponen temáticas y estilos del cine regional.

Bienvenida la épica que remueve el espíritu



Amazing Grace es un himno cristiano que fue escrito en 1772 por el británico John Newton, quien fuera esclavista en su juventud, atormentado al final de su vida por los 20 mil fantasmas de los negros torturados se convirtió al Cristianismo y pasó sus días padeciendo por la crueldad de la que fue testigo en los barcos que transportaban esclavos.

La película británica que lleva el nombre de esta plegaria, que agradece al Señor por la gloria de haber abierto los ojos a la vida, es una producción de 2006, dirigida por Michael Apted, realizador de The World is not Enough (007). Se trata quizá de una de las películas más comerciales que se ha exhibido este año en el Eurocine. Es una obra de época, que retrata el periodo de lucha de unos pocos por abolir el comercio de esclavos en Inglaterra.

William Wilbeforce es un joven miembro de la cámara de diputados ingleses. Tenaz y rebelde en su postura política, hace frente a los hombres más poderosos y conservadores defendiendo los intereses del pueblo, algo poco natural en el siglo XIX. En su fuero interno se cuece el deseo de servir a Dios, pero las circunstancias lo llevan a hacerlo no desde la Iglesia, sino tomando en sus manos la batalla de lograr la abolición de la esclavitud en Inglaterra.

Amazing Grace es una obra épica, de corte clásico, una reflexión histórica que contrapone la bondad de un hombre, contra la maldad del mundo. Es un retrato fiel a los intereses del siglo, de los monarcas y terratenientes. La película se posiciona del lado de David, el pequeño guerrero, casi abatido por sus años de pelea y nos permite entrever a Goliath, que es equivalente a la guerra, la ignorancia, la crueldad, el deseo perverso de transformar al mundo extranjero –todo lo que existe fuera de Inglaterra- en campos de explotación, ingenios azucareros, minas, etc.

El filme es un excelente retrato de la época, es humano y elogia la obra de un puñado de hombres que durante años intentaron probar al resto del mundo que la esclavitud es inhumana. Cuenta con una narración que alterna entre la lucha juvenil de Wilbeforce, su actual desamparo y caída, y su renovación y fortalecimiento. Este montaje le da un ligero toque de suspenso que logra mantener la atención del espectador de principio a fin.

El guión recurre constantemente a la nobleza de los sentimientos y la emotividad e inevitablemente conmueve al espectador; pero la narración se equilibra con una objetiva presentación de la historia: Amazing grace emociona el espíritu, pero también informa a la mente; importantes cuestiones que van de la mano en una buena experiencia cinematográfica.

Camarón: poco cine, gran música



El Eurocine llega a su fin con la cinta española, de José Chávarri, Camarón, nombre artístico del mayor cantaor de flamenco de la historia, cuya vida se presenta en la película como un homenaje a la música y una estampa para recordar al gitano de la voz inconfundible.

Camarón es el penúltimo de ocho hermanos, sueña con ser torero e ignora el don con el que ha nacido, una voz privilegiada para el flamenco. Pero al morir el padre tiene que cantar, la situación de su madre y hermanos, le obliga a hacer uso de su voz para la supervivencia familiar, casi sin imaginarse que con ella va a revolucionar el mundo la música.

La película es una mirada de admiración que se posa sobre la vida de Camarón desde la distancia. La narración cronológica de su vida, nos sitúa como espectadores de los tablaos, desde sus inicios en las cantinas en San Fernando, hasta sus conciertos finales en París, convertido en el maestro andaluz. Es un retrato del cantaor que no nos permite ingresar demasiado en su vida, nos enteramos de aquello que siente, de su rabia, de su amor, del desgaste físico, de una manera solo anecdótica.

Además de en la música, el guión se centra especialmente en aquello que es ritual en la vida de un gitano: el amor a los padres, la fidelidad a los amigos, la solidaridad en la pena y la alegría frente al amor. Son los temas más emotivos y humanos que están presentes en la película como una constante temática que hace que la leyenda musical, sea también un hombre.

Sin embargo, aunque pueda estar claro el punto de vista del realizador de centrarse en la carrera de Camarón, de mantener sus emociones presentes solamente desde sus vínculos con la gente que pasa por su vida, la forma en la que está construida la historia es poco clara. Es como si el guión asumiera que quien ve la película conoce de antemano la vida del cantaor. Salta entre una escena y otra sin explicaciones, sin elementos que unan la narración, sin seguir los procesos del protagonista, sino presenciando una tras otra unas estampas de vida, unas anécdotas casi inconexas. La película funciona casi como un álbum de fotos familiar, yendo de una etapa a otra a través de las imágenes, pero sin la presencia de una narración sólida que logre hilar los porqués de esta vida.

Quizá puede ser una forma válida de narrar una biografía, pero se siente más como una reunión de viñetas con el fin de homenajear a Camarón, sin dejar en realidad que el Camarón de la película tenga vida propia, tenga un lado profundo y por lo tanto que el actor tenga pleno poder sobre su personaje.
De cualquier modo, para aquellos espectadores que amen el flamenco y la música en general, la importancia de este filme es esencial. Disfrutarán, no solo de un maestro cantaor, sino de unas guitarras prodigiosas, castañuelas, voces de otro mundo…y ¡olé!