lunes, 9 de julio de 2007

El cine nacional goza de buena salud tras 25 años

Imagen de La Tigra, de Camilo Luzuriaga


Cuando se habla de los inicios del cine ecuatoriano, la historia es más bien difusa y está cargada de personajes míticos como Augusto San Miguel. De este cineasta pionero que estrenó sus películas en Guayaquil por la década del veinte se dice quese enterró con ellas. Leyenda urbana o no, aquel inicio mágico del cine ecuatoriano puede tener también la lectura menos fantástica y más grave: estaba acaso el cine ecuatoriano destinado a perecer o los directores a enterrarse con él. Afortunadamente, la Cinemateca -fundada en 1981- con su archivo, recientemente abierto al público, desmiente esa posibilidad con 329 títulos en cine, entre los que la obra más antiguas data de 1922. El archivo que ha sido manejado por la experta Wilma Granda desde hace 23 años, incluye cine silente en celuloide, reportajes y noticieros políticos, filmaciones caseras, western de aficionados y el primer registro etnográfico del padre CarlosCrespi a los indígenas del Oriente.
Sin embargo, para volver la mirada al cine ecuatoriano contemporáneo basta conregresar 25 años y encontrar a Ernesto Albán, César Carmigniani y Annie Rosenfeld embarcados en Dos para el camino, la primera película de carretera filmada además en 35 mm. En este cuarto de siglo no solo se han hecho películas. El cine nacional ha vivido importantes procesos para consolidarse como una industria, para ser reconocido legalmente y para ocupar un espacio entre las cinematografías de la región.
Hace más de 25 años empezó la lucha de los gremios de cineastas para lograr el reconocimiento del Estado. Apenas ahora, en febrero de 2006, la primera Ley de Cine del Ecuador fue aprobada por el Gobierno y es el primer paso para que los cineastas, y la obra cinematográfica como tal sea reconocida, respaldada y eventualmente -en parte- financiada también.

En diciembre de 2006 nació el Consejo Nacional de Cinematografía, ente que regirá el cumplimientos de la Ley de Cine. Tras tantos años es un logro que esta entidad se haya conformado; sin embargo, hasta hoy no posee un capital para ejercer sus labores. En el ámbito de la exhibición, un evento que marca los últimos 25 años de forma negativa es la desaparición paulatina de los cines de Quito. La lista es larga y al momento, de más de 30 teatros los únicos que han sobrevivido son el Hollywood y el América. Hoy, poco a poco, las iniciativas municipales han empezado a recuperar los espacios, entre ellos: el Benalcázar y el Teatro Variedades.
Hace un poco más de 10 años nació en el Ecuador el concepto de las multisalas. Estos espacios dieron lugar a que el público empiece a disfrutar de las megaproducciones de Hollywood, que cada vez se estrenan más rápido, en relación a los EEUU. Otra iniciativa para la exhibición nació en 2001 con la apertura de Ocho y Medio, la primera sala de cine arte en Quito, tres años después, MAACCine, en Guayaquil y hace tres meses, en Manta. Los festivales de cine son otro invento de esta década. En 2001 se inauguró el primer Festival de Cine Documental EDOC y en 2002 el Primer festival de Cine Iberoamericano Cero Latitud. Junto a las salas alternativas, estos certámenes han fortalecido la presencia del cine iberoamericano y mundial en el Ecuador, y se han convertido en espacios de discusión y apoyo al cine nacional.

Y los más importante: las películas. Con su altos y bajos en 25 años, pese a las enormes dificultades que existen para financiar las producciones cinematográficas,los cineastas ecuatorianos se han dado modos para hacerlo. En 1990 se estrenó La Tigra, una película de Camilo Luzuriaga que fue el primer éxito de taquilla en el Ecuador. Luzuriaga, uno de los directores prolíficos delpaís, dirigió luego en 1996 Entre Marx y una mujer desnuda; en 2003, Cara o cruz, yen 2004, 1809-1810 Mientras llega el día. En 1991, los hermanos Juan Esteban y Viviana Cordero estrenaron su película Sensaciones. El hermano menor de los Cordero fue quien en 1999 le dio un giro singular al panorama del cine ecuatoriano con Ratas, ratones y rateros. Sebastián Cordero dio inició con su película a una nueva generación de cineastas que además ahora exhiben sus filmes en el extranjero y consiguen que resuenen como "películas ecuatorianas". Cordero repitió la hazaña en 2004 cuando estrenó Crónicas, una coproducción mexicano-ecuatoriano que ha dado la vuelta al mundo con la historia de un violador de Babahoyo. Víctor Arregui dirigió su ópera prima Fuera de juego, que se estrenó en 2002, con la que consiguió un premio de alto calibre ya que fue la primera cinta del mundo en recibir el galardón a Producciones en Marcha en el prestigioso Festival de San Sebastián. Tania Hermida consolidó la notoriedad del cine nacional tanto dentro como fuera del país, cuando en 2006 estrenó Qué tan lejos, una película icónica que reunió en seis meses a 200 mil espectadores. En 2007, el panorama luce bien desde ya, con el estreno de Esas no son penas, de Daniel Andrade y Anahí Hoenesein, y el proyecto de al menos cuatro películas más hasta fin de año.


Nota:

Este artículo fue escrito para el libro que diario HOY publicaría a fin de año por los 25 años del periódico. Sin embargo, como estuve fuera del país no pude enterarme que el editor encargado de esta publicación fue relevado de su cargo y todo su trabajo fue a parar a la basura incluyendo este artículo, del que nadie sabía nada, por lo que pidieron a otra persona que lo vuelva a escribir. A mi regreso me entero de todo esto, y me dijeron: Ay que pena! así que ahora lo publico en el blog para conocimiento de todos ustedes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un excelente recuento del cine ecuatoriano y sus principales hitos, donde valdría la pena mencionar el logro de 'Crónicas' la cual ha sido exhibida en las salas de cine españolas, logro al que se le sumará también 'Qué Tan Lejos'. Saludos.

Anónimo dijo...

Por fin! Algo para saber que el cine ecuatoriano existe. Muy bien! Otra perla que torpes manejos periodísticos botan a la basura. Gracias por subirla. Yo D

María Campaña Ramia dijo...

Querida, esa otra persona soy yo. El mismo Sr. Mantilla me llamó a pedir que escriba el artículo para el libro. Y si sabía que te lo habían encargado a ti antes y más aún que sí lo habías escrito, me negaba rotundamente!

P. Simon Torres dijo...

Yo sé que tu no sabías... todo bien !!! el problema es que nuestros amigos del diario les vale todo...! todo sucedió en mi ausencia...lo bueno es que nos complementamos!!!