martes, 13 de febrero de 2007

Crueldad con redención como alternativa

Blood Diamond

Nunca he disfrutado de la cara infantil de Leonardo Di Caprio, algo en su inofensiva apariencia de colegial, algo en Titanic, The Beach y Romeo Julieta me han hecho perder el interés en su carrera actoral. Sin embargo, verlo de contrabandista avispado en Sierra Leona en Blood Diamond, de Edward Zwick es una experiencia distinta.
Este año las películas nominadas al Óscar, esta tiene 5 nominaciones, tienen en común regueros de sangre y violencia por montones: hay de todo guerras, revoluciones, motines futuristas, incomunicación, abuso policial y más. Pero al parecer Blood Diamond es la ganadora. África es un continente que se desangra por todos los flancos.
Es 1999 Sierra Leona la explotación y tráfico de diamantes es el motor que mantiene viva la guerra civil y la revolución. Con los diamantes que se venden ilegalmente a las enormes joyerías británicas el gobierno compra armas, los revolucionarios también y todos se asesinan en las calles de la forma más impresionante.

La película no escatima en momentos de guerra. Hay dos o tres balaceras y persecuciones que son apenas el preámbulo de masacres multitudinarias. Leonardo Di Caprio es Danny Archer, ex soldado en la guerra de independencia de Sud África, sus padres murieron cuando el tenía 9 años. Su madre fue violada y luego asesinada y a su padre lo decapitaron y colgaron su cuerpo frente a él. La crudeza de estos eventos suponen la justificación al cinismo de Archer, únicamente interesado en conseguir diamantes para venderlos a uno y otro bando, sin importar quien asesina a quién.

Es confuso que ante tanta maldad puedan existir reflexiones sobre humanidad, pero por supuesto, hay cierto cine que nunca pierde la oportunidad, o que mejor dicho, siempre le da al personaje maligno la opción de redimirse. Y ese es un poco el caso del malicioso Archer.
Él busca incansablemente un diamante rosado con el que jura que saldrá del continente y hará una nueva vida y esa búsqueda es la que lo lleva hasta Solomon Vandy un pescador prisionero de los rebeldes que encontró el diamante y lo escondió cerca del río y también a la osada periodista Maddy Archer que está en busca de nombres, números y responsables del tráfico de diamantes para poder publicarlo como una amenaza y un favor a Sierra Leona.

La película como tal resulta absolutamente impactante, primero en lo que respecta a la historia, y luego en como se la muestra. Visualmente es cruda, dolorosa, difícil de ver y casi imposible de digerir. Y eso, por más cruel que sea es lo que hace que la película sea tan poderosa.

Al principio pensé que sería difícil encontrarle algún pero. Sin embargo, claro, los tiene. Porque no puede tan solo mantenerse el rigor de la violencia sino que en un acto de equilibrio humano se introduce un breve romance o intento de tal, entre Archer y la periodista – imposible que aparezca Jennifer Conelly en una película y alguien no tenga que enamorarse de ella – y puede que ese destello de honestidad sea el que empuja a Archer a redimirse, conmoverse con el dolor ajeno y finalmente incluso renunciar a su falta de principios para dar la razón a todos aquellos a quienes se enfrentaba al inicio.

Pros y contras, guerra que acaba en sentimentalismo y la típica leyenda que dice hoy Sierra Leona vive en Paz. Lo mejor de todo es sin duda la actuación de Di Caprio con su inglés enredado de sudafricano, lo mismo que la de Djimon Hounsou, como Solomon Vandy y las escenas de acción que por más crudas que sean son una odisea visual y técnica.

P.
* Un dato curioso que me gustaría acotar es que por algún motivo extraño, un departamento de la ONU ofrece este jueves (15 de febrero 2007) un preestreno exclusivo de Blood Diamond en Quito. No entiendo de ninguna manera que tiene que hacer la ONU lanzando una película en la que no sale muy bien parada por cierto. La llamada que recibí como una invitación a la función era de una señorita que tampoco sonaba muy convencida y me dijo " Esta proyección no tiene nada que ver con el Óscar sino con el hecho de que la ONU repartía víveres en la zona" -así como cuando los lanzan de los aviones- entendí yo. También comentó que lo importante sería que los miembros de la ONU estarían presentes en la función....
No estoy segura de haber comprendido bien ni la llamada telefónica ni el mensaje, tampoco que tienen que hacer los embajadores de buena voluntad en un asunto como este. Un poco de verguenza me daría a mi asistir a una proyección en la que todos no haríamos otra cosa que reirnos en la cara en las ONGs ante la evidencia de su obra fallida.
Señores, al cine lo que es del cine...

1 comentario:

Desdelpupo dijo...

decía que.... El Hoy, como la mayoría de medios de comunicación de este país, no tienen ni la apertura ni el espacio para ofrecer a la gente una nota como esta. No quiero decir con esto que la nota que publicas hoy sobre Blood Diamond sea mala, solo que esta me gusta más y me parece más interesante, al menos como a mi me gustan las críticas, con algo de quien las escribe. Gracias por el nuevo espacio para los cinéfilos en proce3so. Muy bien mi vida, muy bien.