En el barrio Santa Clara, a lado de la iglesia de San Francisco de Quito en 1671 se terminaba de construir una de las primeras viviendas de la época colonial, La casa del Alabado, que por aquel entonces debió sobresalir como un edificio único y cuya presencia hoy en día en las calles Cuenca y Bolívar dan cuenta del tránsito que ha experimentado una ciudad que lucha por conservar sus tradiciones pese a la forzosa modernización. Hace más de dos años, La casa del Alabado, como parte de sus procesos históricos, se convirtió en protagonista del primer largometraje documental de la directora ecuatoriana Gabriela Calvache, quien asumió el reto de capturar paredes, cornisas, columnas y patios, desde la óptica de los maestros albañiles que las refaccionan día a día.
La película que lleva el título la Labranza oculta nace de una serie de inquietudes de la directora, quien recorre las calles del centro cada semana, desde hace dos años, junto a un equipo humano mínimo, que la asiste en la búsqueda de la esencia de la cultura popular detrás de los muros de La casa del Alabado que está siendo recuperada para convertirse en un museo de arte precolombino. La primera historia que motivó a Calvache a filmar esta película fue la labor de albiñelería: un oficio sabio, con un amplio bagaje, mezcla de tradición y conocimiento arquitectónico. La directora confiesa que de estos años de ver a los obreros trabajar le impresiona su sensibilidad, sobretodo cuando se trata de materializar una obra con tanto peso histórico. De la observación cotidiana rescatará conversaciones, risas, aventuras con fantasmas y del barrio recupera los mil y un oficios que tienen raíces en la colonia, los negocios de velas, hierbas, estampas, santos, peluquerías que dan contexto, vida y color a una película sobre patrimonios imprescindibles: edificios, hombres y memorias.
Eso busca capturar Calvache en su documental: lo tangible de una casa y lo intangible del aroma del barrio y sus personajes. La labranza oculta busca ser una película histórica sobre el presente, es decir el contraste de la modernización: quienes se quedan luego de la remodelación y quienes no.
De aquí a cinco meses cuando terminé el proceso de postproducción, la directora espera presentar una obra que si bien muestra la reconstrucción de una casa, no busca analizar su estilo arquitectónico, sino a aquellos que la construyeron, en la cotidianidad de un barrio quiteño.
La película que lleva el título la Labranza oculta nace de una serie de inquietudes de la directora, quien recorre las calles del centro cada semana, desde hace dos años, junto a un equipo humano mínimo, que la asiste en la búsqueda de la esencia de la cultura popular detrás de los muros de La casa del Alabado que está siendo recuperada para convertirse en un museo de arte precolombino. La primera historia que motivó a Calvache a filmar esta película fue la labor de albiñelería: un oficio sabio, con un amplio bagaje, mezcla de tradición y conocimiento arquitectónico. La directora confiesa que de estos años de ver a los obreros trabajar le impresiona su sensibilidad, sobretodo cuando se trata de materializar una obra con tanto peso histórico. De la observación cotidiana rescatará conversaciones, risas, aventuras con fantasmas y del barrio recupera los mil y un oficios que tienen raíces en la colonia, los negocios de velas, hierbas, estampas, santos, peluquerías que dan contexto, vida y color a una película sobre patrimonios imprescindibles: edificios, hombres y memorias.
Eso busca capturar Calvache en su documental: lo tangible de una casa y lo intangible del aroma del barrio y sus personajes. La labranza oculta busca ser una película histórica sobre el presente, es decir el contraste de la modernización: quienes se quedan luego de la remodelación y quienes no.
De aquí a cinco meses cuando terminé el proceso de postproducción, la directora espera presentar una obra que si bien muestra la reconstrucción de una casa, no busca analizar su estilo arquitectónico, sino a aquellos que la construyeron, en la cotidianidad de un barrio quiteño.
1 comentario:
Esperemos que Calvache lo logre. Que logre una película tan buena, que sea digna del artículo, por lo que cuentas huele bien, ojalá así sea. saludos: D.
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