El género documental es posiblemente el más adecuado cuando de trata de hacer una denuncia social y es a la vez una de las formas más efectivas de protesta ya que en una sala de cine es como si la vulnerable audiencia no tuviera más remedio que empezar a militar por la causa que ha visto exhibida en pantalla. Carlos Andrés Vera, bajo esa premisa, logró su cometido el pasado jueves cuando estrenó su primer largometraje documental Taromenani, el exterminio de los pueblos ocultos, frente al enorme salón de la Casa de la Música repleto.
Tal como Vera comentó al inicio no se trata de una película que vaya a gustar a todos. Y es claro que al menos la ministra de Medio Ambiente, Ana Albán no debió salir satisfecha de la proyección tras ver imágenes de los jeeps viejos de su ministerio estacionados en el parque Yasuní, coleecionando musgo, en lugar de persiguiendo madereros ilegales. El documental habla del exterminio paulatino de ciertas comunidades que habitan en la profundidad de la selva y que no han sido contactadas. Se busca los orígenes del pueblo a partir de quienes son sus enemigos e intentan exterminarlos y se explora eventos de los últimos 50 años que hablan de masacres, muertes de misioneros, explotación petrolera y maderera y casos de asesinatos que han quedado en la impunidad.
‘El monstruo’ son todos aquellos enemigos de los pueblos ocultos que por intereses económicos los exterminan y mientras que el Ministerio del Ambiente, no encuentra la cabeza del monstruo, al parecer Vera con su película lo ha hecho y proyecta una denuncia que involucra a más de una institución y que exige a la vez el compromiso de la sociedad civil. (PST)
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